En Uruguay, la industria láctea, que sustenta a más de 20 millones de personas cada año y exporta productos por valor de 855 millones de dólares, enfrenta un periodo crítico marcado por un crecimiento estancado. Según un informe reciente del think tank CERES, los desafíos estructurales y coyunturales, incluyendo la baja incorporación de tecnología y las adversas condiciones climáticas, han limitado su desarrollo. Sin embargo, una propuesta ambiciosa basada en la tecnología de riego promete revitalizar este sector clave de la economía nacional.
El sector lácteo, crucial para la economía uruguaya, produce anualmente más de 2,000 millones de litros de leche. Pese a esto, ha mostrado un crecimiento estancado, afectado tanto por factores estructurales, como la escasa adopción de nuevas tecnologías y capacitación, como por factores coyunturales, incluyendo las fluctuaciones en la demanda global y eventos climáticos severos. Frente a esta realidad, CERES propone una inversión de 50 millones de dólares de un fideicomiso ya establecido por ley para implementar tecnología de riego. Esta medida busca no solo estabilizar sino también aumentar significativamente la producción, tomando inspiración de Australia, donde técnicas similares han llevado a duplicar la cantidad de vacas por hectárea y triplicar la producción de leche.
El riego, argumenta el informe, podría incrementar las exportaciones en un 11%, lo que se traduciría en ingresos adicionales por más de 100 millones de dólares. Además, el sector lácteo se destaca por su alto impacto económico indirecto, con un multiplicador de 1.38 dólares por cada dólar generado, el más alto entre los sectores de la economía uruguaya. Esto significa que cada dólar invertido en la producción láctea no solo aumenta el PIB directamente, sino que también estimula significativamente otras áreas de la economía.
A pesar de los potenciales beneficios, la adopción del riego enfrenta desafíos importantes. Solo el 5% de los establecimientos lácteos en Uruguay utilizan actualmente esta tecnología, reflejando una baja adopción generalizada que es necesario abordar. El informe subraya la necesidad de inversiones no solo en la tecnología de riego per se, sino también en capacitación para los productores y en infraestructura de apoyo, como sistemas de energía y suministro de agua.
En definitiva, el informe de CERES plantea que la inversión en riego podría ser la clave para superar el estancamiento en la producción láctea en Uruguay. Al mirar hacia Australia, donde políticas similares transformaron su sector lácteo, Uruguay podría no solo mejorar su productividad y sostenibilidad, sino también fortalecer su posición en el mercado global de lácteos. Este cambio no solo beneficiaría a los grandes productores, sino que también podría ser un salvavidas para los pequeños y medianos productores que luchan por mantenerse a flote en un mercado cada vez más competitivo.