Por Natalia Kidd
Buenos Aires, 19 may (EFE).- La inédita tensión diplomática entre Argentina y España a partir de las declaraciones del presidente argentino, Javier Milei, en Madrid, pone a prueba las históricas y trascendentales relaciones bilaterales, con fuerte peso económico y social.
El Gobierno de España llamó este domingo a consultas a su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso, tras las declaraciones de Milei en Madrid sobre Sánchez, al que calificó de «calaña», y sobre su esposa, Begoña Gómez, a la que tildó de «corrupta».
Para el ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, las «gravísimas palabras» de Milei «no tienen precedentes» en las relaciones entre «dos países y dos pueblos unidos por fuertes lazos de hermandad».
Más allá de la raíz hispánica del país suramericano, Argentina ha sido tierra de destino de miles de españoles que en el siglo XIX y XX dejaron su país por razones políticas y económicas. Casi medio millón de españoles reside actualmente en Argentina, la mayor comunidad fuera de España.
Además, una nutrida comunidad argentina se ha consolidado en España, que acogió a numerosos exiliados durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983) y en décadas posteriores y hasta el presente a argentinos que migraron por las sucesivas crisis económicas.
La relación política institucional ha estado enmarcada en las últimas décadas por el Tratado de Amistad y Cooperación que ambas naciones sellaron en 1988 y las sucesivas actualizaciones del Plan de Acción para la Profundización de la Asociación Estratégica entre Argentina y España, firmado en 2005 y renovado varias veces desde entonces.
En materia comercial, España se ubicó en el primer trimestre de este año como el primer destino europeo de las exportaciones argentinas, con ventas por casi 265 millones de dólares (244 millones de euros), período en el que Argentina importó bienes desde España por 220,4 millones de dólares (unos 202,7 millones de euros).
Con un volumen de intercambios que el año pasado totalizó los 3.959 millones de dólares, España es uno de los principales mercados de Argentina en la Unión Europea, bloque que desde hace casi un cuarto de siglo negocia un acuerdo de libre comercio con el Mercosur, unión fundada en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y que hoy cuenta también con Bolivia.
En tanto, España se mantenía al cierre del tercer trimestre de 2023 como el segundo mayor inversor en Argentina, detrás de los Estados Unidos, con una posición de 21.410 millones de dólares (unos 19,7 millones de euros).
Unas dos centenares de empresas con capital español operan en Argentina en sectores como la banca, seguros, autopistas, construcción, supermercados, energía, pesca, telecomunicaciones y turismo, entre otros.
Entre las mayores, destacan Santander, BBVA, Mapfre, Telefónica y Naturgy, con cuyas autoridades se reunió este sábado en Madrid el propio Milei, quien invitó a los empresarios españoles a invertir más en Argentina.
Durante los Gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), la relación con España estuvo teñida de capítulos conflictivos, como las nacionalizaciones de Aerolíneas Argentinas y de la petrolera YPF, que estaban controladas por capitales españoles.
Muchas otras empresas españolas con activos en diversos sectores de Argentina acudieron a tribunales internacionales en contra de medidas polémicas de aquellas Administraciones, como la congelación de las tarifas de servicios públicos.
No obstante, estos conflictos económicos siempre estuvieron en la mesa de las conversaciones bilaterales, las relaciones entre los Gobiernos fueron normales y, por períodos, muy estrechas, como los lazos entre Mauricio Macri (2015-2019) y Mariano Rajoy (2011-2018) o los labrados entre Alberto Fernández (2019-2023) y Pedro Sánchez.
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