Este fin de semana, el Padre José, monje benedictino de la abadía San Benito en Luján, provincia de Buenos Aires, visitó Mercedes.
Invitado por el Padre Germán Celio, párroco de la catedral de Mercedes, el benedictino tuvo diversos encuentros con la comunidad católica local.
El sábado por la tarde, tras la misa, el Padre José ofreció una charla en la capilla Santa Teresita sobre el carisma y la misión de la orden benedictina, y compartió su experiencia de 36 años en la comunidad. Comentó que, tras graduarse en Ciencias Económicas y trabajar cuatro años en una empresa familiar, decidió seguir su vocación religiosa y unirse a la abadía para dedicarse a la contemplación, la oración y el trabajo en comunidad. Explicó que la vida monástica, aunque silenciosa y apartada, es fundamental para la Iglesia. «La vida en el monasterio es muy simple. La comparo con la de la Sagrada Familia de Nazaret, donde se trabajaba, se rezaba y se amaba», comentó.
«San Benito organizó nuestra vida alternando trabajo y oración, que pueden ser manuales o intelectuales, incluyendo el estudio y la formación personal. La oración nos mantiene en presencia de Dios durante toda la jornada», explicó.
La charla fue seguida con interés por los asistentes, impresionados por el hábito benedictino del Padre José, diseñado por San Benito en el siglo VI y que se mantiene hasta hoy.