Kansas City (EE.UU.), 1 jul (EFE).- Después de los dos primeros partidos de la Copa América en los que la hinchada rival prácticamente no compareció, los uruguayos se vieron este lunes desbordados en el prepartido en Kansas City por la afición de Estados Unidos, la anfitriona, menos bullosa pero más numerosa.
El Arrowhead Stadium, que acogerá el encuentro, tiene capacidad para más de 76.000 personas, lo que puede darle una ventaja numérica a los estadounidenses en caso de que quieran volcarse con su selección así como lo suelen hacer con los Kansas City Chiefs de la NFL.
En las ‘tailgates’ de los alrededores del estadio -fiestas en los parqueaderos usando el portón trasero de los vehículos-, eran la marea celeste la que más se hacía notar, con su música, cánticos, banderas, pancartas y sobre todo su comida.
El humo de los asados se mezclaba con el sudor de unos hinchas entregados que al partido de Kansas City han venido solo a disfrutar, conscientes de que están virtualmente clasificados para cuartos de final.
Al otro lado la afición estadounidense era menos bullosa, pero entre juegos de ‘cornhole’ y hamburguesas muchos ya hacían fila para entrar al estadio antes de que se abrieran las puertas dos horas antes del partido.
Hoy puede ser el último partido de Estados Unidos en esta Copa América, pero la abrumadora mayoría de hinchas confía en una auténtica gesta, jugando en casa, para pasar también a cuartos de final.