Redacción Carmelo Portal
2 de julio de 2024
El nombramiento de Valeria Ripoll como compañera de fórmula de Álvaro Delgado para las elecciones nacionales de octubre ha generado una considerable sorpresa y se ha convertido en un tema central en los medios de comunicación de la capital.
Ripoll, ex secretaria general de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (Adeom) de Montevideo, confirmó en agosto pasado su adhesión al Partido Nacional para apoyar la precandidatura de Delgado y ésta será la compañera de fórmula de cara a conquistar la presidencia en las próximas elecciones.
¿Un cambio de paradigma en la política nacional?
Álvaro Delgado presentó a Ripoll como parte de una estrategia que busca transformar la dinámica política del partido, expandiendo su base ideológica y atrayendo a figuras que tradicionalmente no estaban alineadas con el nacionalismo. Según Delgado, este movimiento representa un cambio de paradigma, un nuevo modelo de partido que se posiciona como más inclusivo y diverso en términos de pensamiento y representación política.
El «fenómeno Ripoll» una sorpresa exclusivamente montevideana
El «fenómeno Ripoll» tiene un marcado carácter montevideano, pero para entender su impacto, es relevante analizar lo que ha estado ocurriendo en localidades como Carmelo.
En esta ciudad, desde hace más de una década, se ha observado una tendencia significativa: figuras prominentes del ámbito gremial y social, algunas con fuertes vínculos con el PIT-CNT y afiliación frenteamplista, han decidido pasarse al Partido Nacional.
Estos referentes no solo se han integrado al partido, sino que también han liderado organizaciones sociales que anteriormente estaban dominadas por la izquierda local.
La silenciosa revolución ideológica
Este proceso de cambio ideológico, aunque profundo, ha transcurrido sin generar los intensos debates o polémicas que cabría esperar en los medios tradicionales y en la opinión pública.
La transición de estos líderes sindicales y sociales hacia el Partido Nacional no ha sido objeto de una reflexión profunda en los espacios discursivos habituales.
Esta ausencia de debate puede ser vista como un reflejo de la actual despolitización del discurso público, donde las ideologías parecen haber perdido protagonismo frente a otras formas de narrativa política.
La nueva política
El contexto en el que se presenta a Valeria Ripoll como candidata a la vicepresidencia es indicativo de un cambio más amplio en la política uruguaya. Este fenómeno no solo es un indicador del realineamiento político de ciertos sectores, sino también una señal de las nuevas estrategias que los partidos están dispuestos a adoptar para ganar electores. La capacidad de atracción de figuras como Ripoll, con un fuerte respaldo sindical, sugiere que el Partido Nacional está buscando ampliar su base de apoyo más allá de sus tradicionales bastiones.
De nuevo nada.
La incorporación de Valeria Ripoll a la fórmula presidencial del Partido Nacional con Álvaro Delgado puede ser vista como un signo de los tiempos: una política en transición, donde las lealtades ideológicas se reconfiguran y los partidos buscan reinventarse para mantener su relevancia.
El caso de Carmelo es un microcosmos de esta tendencia, evidenciando que el cambio ideológico es una realidad palpable, aunque silenciosa, en la política uruguaya, desde hace mucho tiempo. Tal vez no se ve en los grandes centros de poder, pero ya es común y es cuento largo, estos pases, al menos en el interior del país.
Este análisis subraya la necesidad de una discusión más profunda sobre estos movimientos y sus implicaciones a largo plazo para el panorama político del país. La historia de Ripoll y su impacto en la política nacional merece una atención que vaya más allá del titular, invitando a una reflexión sobre los cambios subterráneos que están remodelando la estructura política y social de Uruguay y que ni de la política nacional, ni desde las ciencias sociales lo percibían.
Por eso hoy en Montevideo es sorpresa.
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