Montevideo, 23 jul (EFE).- Uruguay puede «hacer punta» en el debate mundial sobre la despenalización de las drogas, al igual que lo hizo con el cannabis recreativo, cuando en 2013 reguló su producción, distribución y venta.
Así lo señaló el secretario general de la Junta Nacional de Drogas del país, Daniel Radío, quien participó este martes en el segundo encuentro nacional de juntas locales y departamentales de drogas.
En declaraciones a la prensa, Radío aseguró que el norte en la prevención del uso problemático de drogas debe ser la despenalización, aunque lamentó que no exista consenso en la materia y haya gente que siga reivindicando «la situación actual».
«Hay tres cosas que han sido históricamente perseguidas en la historia de la humanidad: la homosexualidad, el consumo de sustancias y la disidencia política, y hay países que las siguen persiguiendo las tres cosas. Me parece que Occidente tiene para ofrecer una mirada diferente y Uruguay en ese sentido puede hacer punta también», añadió.
Aún así, admitió que en el país todavía queda mucho trabajo por delante en la reducción de riesgos, especialmente en el ámbito de la coordinación y de llevar adelante políticas conjuntas entre instituciones.
«Desde la Secretaría Nacional de Drogas ponemos el centro en las personas porque entendemos que los usos problemáticos de drogas tienen varios componentes que hay que atender; uno es la sustancia, otros son los entornos y las circunstancias», subrayó Radío.
En la ponencia también participó la directora nacional de Protección Social, Fernanda Auersperg, quien coincidió con Radío en la necesidad de un abordaje conjunto al tratarse de un fenómeno «multidimensional».
«La Estrategia Nacional de Drogas de 2021-2025 refuerza el modelo de reducción de riesgos centrado en las personas, las comunidades y sus vínculos como una respuesta a las diferentes dimensiones de las personas y del fenómeno», recordó.
Por su parte, el director de Salud Mental de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, Eduardo Katz, defendió también una «sinergia institucional» en la implementación de las políticas públicas.
El doctor pidió además no empeorar el estigma que sufren las personas usuarias de drogas: «Este enfoque se constituye como una alternativa al viejo modelo que concebía como única posibilidad la abstinencia».
Katz detalló que un modelo de gestión de riesgos y reducción de daños incluye la abstinencia como una de las posibilidades dentro del «amplio abanico de posibilidades evolutivas deseables». EFE