Por Natalia Arriaga
París, 25 jul (EFE).- Una alfombra azul de poliuretano se extiende sobre la hierba que hace un siglo vio proclamarse campeona olímpica a la selección uruguaya de fútbol, donde tampoco queda rastro de la pista de atletismo en la que corrieron los británicos Harold Abrahams y Eric Liddell, los inolvidables protagonistas de ‘Carros de fuego’.
El último grito en césped sintético ecológico, el primero que consigue la neutralidad en huella de carbono, permitirá a los jugadores de hockey a partir del sábado, cuando el torneo de París 2024 se inaugure con un Gran Bretaña-España masculino, dar los pases más precisos, controlar como nunca la dirección de la pelota y deslizarse con riesgo mínimo de lesión.
Una tecnología con la que no podían ni soñar los participantes en la edición de 1924, en la que el mismo recinto, el entonces llamado Estadio de Colombes, fue el escenario principal y acogió la ceremonia inaugural, pruebas de atletismo, ciclismo, hípica, gimnasia, tenis, rugby, pentatlón y algunos partidos del torneo de fútbol, entre ellos la final que Uruguay ganó 3-0 a Suiza.
El estadio, al noroeste de París, ya no se llama Colombes, pues en 1928 adoptó el nombre del jugador de rugby francés Yves du Manoir, muerto en accidente de aviación. Bajo la denominación de Estadio Olímpico Yves du Manoir, será la sede de la competición de hockey hierba en París 2024 y se convertirá en una de las pocas instalaciones deportivas que han acogido dos ediciones olímpicas.
Diseñado por el arquitecto Louis Faure-Dujarric por encargo del diario ‘Le Matin’ sobre los terrenos que antes ocupaba un hipódromo, el Estadio de Colombes tenía una capacidad de inicial de 45.000 espectadores, que ahora se reduce a 15.000.
La tradicional vuelta olímpica con la que los equipos de fútbol celebran la obtención de títulos nació allí el 9 de junio de 1924, cuando los ‘celestes’ ganaron el oro olímpico en fútbol. El capitán José ‘Mariscal’ Nasazzi dispuso que su equipo recorriera los cuatro lados del campo caminando lentamente y saludando con sus brazos en alto a las tribunas colmadas de aficionados.
La FIFA reconoció años después que ese fue el nacimiento oficial de la ahora obligada vuelta olímpica de los campeones.
Colombes fue también el escenario en el que lograron sus medallas los atletas Harold Abrahams y Eric Liddell, cuya historia se recreó con algunas licencias en ‘Carros de fuego’, película dirigida en 1981 por Hugh Hudson.
Liddell, hijo de un misionero, se negó a correr la prueba de 100 metros, su mejor distancia, porque la competición era un domingo. Mientras se disputaba la prueba, pronunció un sermón en una iglesia de París. Los 100 m fueron ganados por Harold Abrahams, atleta judío que tuvo que luchar contra el antisemitismo de la época.
Días después Liddell ganó sobre la pista de ceniza de Colombes el bronce en los 200 metros y el oro en los 400 metros.
En Colombes tuvo lugar una de las mayores gestas deportivas de la historia, la protagonizada por el finlandés Paavo Nurmi, que ganó los 1.500 y 5.000 metros con un descanso de apenas una hora.
Unos días después sumó el oro en los 3.000 m por equipos y los 10 km campo a través, individual y por equipos, prueba que pasó a los anales como ‘el infierno de Colombes’: comenzaron 38 corredores y acabaron 15, tras desmayarse muchos de ellos debido al calor y a la dureza del recorrido.
El estadio fue sede catorce años después de la final del Mundial de fútbol de 1938, entre Italia y Hungría (4-2), y se convirtió así en primer recinto en haber albergado las finales olímpica y de la Copa del Mundo.
Los italianos, que habían recibido en la víspera un telegrama de Benito Mussolini en el que les conminaba a “ganar o morir”, hicieron el saludo fascista antes del encuentro.
Otra famosa película, ‘Evasión o victoria’, dirigida en 1981 por John Huston, situó el partido final entre los nazis y los aliados en Colombes, aunque en realidad se rodó en el Hidegkuti Nándor Stadion de Budapest, precisamente por el lamentable estado de la instalación parisina.
Actores como Michael Caine, Sylvester Stallone o Max von Sydow compartieron reparto con leyendas del fútbol como Pelé, Bobby Moore u Osvaldo Ardiles.
Colombes acogió los partidos de las selecciones francesas de fútbol y rugby hasta 1972, cuando se construyó el Parque de los Príncipes. EFE
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