Montevideo, 13 ago (EFE).- El canciller de Uruguay, Omar Paganini, destacó este martes que, a través de un servicio exterior con personal «altamente capacitado», el país se ha ganado un lugar en el mundo con una voz «escuchada y respetada».
Así lo aseguró Paganini durante su intervención en el conversatorio ‘Diplomacia en el Siglo XXI: Desafíos, oportunidades y su impacto en la sociedad’, llevado a cabo en el marco del 40 aniversario de la Asociación de Funcionarios del Servicio Exterior del Uruguay (Afuseu).
El funcionario, que intervino en el encuentro celebrado en la sede de la Cancillería, felicitó a la Afuseu y destacó la «adaptabilidad» como un valor clave para la compleja tarea del servicio exterior en el mundo actual, que, acotó, implica «navegar aguas turbulentas».
Según el canciller, las guerras y la crisis climática, entre otros flagelos, así como «el debilitamiento del multilateralismo» y la incursión de nuevas tecnologías, desafían la diplomacia de un país que, resaltó, si bien «no tiene una economía de gran escala», «se ha ganado su lugar en el mundo» con una voz «escuchada y respetada».
«Valores como la libertad, la democracia, la defensa de los derechos humanos, forman parte de nuestro ADN y son la base sobre la que el país ha construido una política exterior estable, equilibrada, mesurada, pragmática, siempre respetuosa del derecho internacional y a favor del multilateralismo», subrayó.
Durante el conversatorio intervinieron a su vez funcionarios de distintas dependencias de la Cancillería para exponer sobre las tareas y los retos del servicio exterior en materia consular, de diplomacia comercial, multilateralismo, derechos humanos y políticas de género e inteligencia artificial.
En materia comercial, el ministro consejero Martín Alvez recalcó que detrás de las firmas de acuerdos que acompañan los encuentros entre autoridades de dos o más países hay siempre «un equipo de diplomáticos que puede llegar a estar trabajando más de cinco años» para lograr beneficios como la apertura de un mercado para un producto específico.
Alvez añadió que la Cancillería se desenvuelve como «la mayor multinacional del país» para incentivar este comercio, mientras que el embajador Alejandro Garófali argumentó que la inteligencia artificial abre oportunidades para la diplomacia en asuntos claves como ciberseguridad y la traducción.
Sobre derechos humanos, la consejera Cristina Mansilla enfatizó que Uruguay apostó por «combatir la narrativa de lo imposible», posicionándose, pese a su reducida escala, como referente con recientes avances para facilitar solicitudes de refugio destacados por Naciones Unidas.
Alineado con una historia con hechos «vanguardistas» como la designación de una agregada mujer en Bélgica en 1911, dijo que en equidad de género su diplomacia fue alcanzando avances lentos, pero cuenta hoy con «un proceso abierto» hacia la paridad. EFE