Salud Mental

Por Dr. José Duarte

¿Cuál es la diferencia entre la salud mental normal y los trastornos mentales? A veces, la respuesta es clara. Pero, a menudo, la distinción no es tan obvia. Por ejemplo, si tienes miedo de dar un discurso en público, ¿significa que tienes un trastorno de salud mental o un caso de nervios lógicos? ¿En qué punto la timidez se convierte en un caso de fobia social?

Que es entonces la salud mental, es en realidad el bienestar general de la manera en que piensas, regulas tus sentimientos y te comportas.
A veces, las personas experimentan una importante perturbación en el funcionamiento mental. Puede haber un trastorno mental cuando los patrones o cambios en el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento causan angustia o alteran la capacidad de funcionamiento de la persona.
Un trastorno de salud mental puede afectar su capacidad para:
Mantener relaciones personales o familiares.
Funcionar de forma adecuada en entornos sociales.
Desempeñarte en el trabajo o en la escuela.
Participar en actividades importantes.
Las normas culturales y las expectativas sociales también desempeñan un papel en la definición de los trastornos de salud mental. No existe una medida estándar en todas las culturas para determinar si un comportamiento es normal ni cuándo se vuelve perturbador. Lo que puede ser normal en una sociedad puede ser motivo de preocupación en otra.
Las afecciones de la salud mental son la ansiedad, la depresión, los trastornos alimenticios, el trastorno de estrés postraumático y la esquizofrenia.
Como se puede dar cuenta cuando pasan:
Si hay antecedentes de trastornos de salud mental en tu familia.
Cuando se está esperando resultados de una enfermedad importante.
Si tiene preocupaciones actuales o por qué está buscando ayuda.
También pueden ser por traumas, trabajo, muerte de un amigo.
Cuando se ha afectado la manera en que piensa, siente, o se comporta.
Es muy importante que se descarte el consumo pasado y presente de alcohol y drogas.
Si tiene historial de trauma, abuso, crisis familiares u otros eventos importantes de la vida
Cada afección de salud mental tiene sus propios signos y síntomas y puede ser necesaria la ayuda profesional si tienes:
Cambios en la alimentación y en los horarios de sueño
Incapacidad para afrontar los problemas o las actividades de la vida diaria
Sensación de desconexión o retiro de las actividades normales
Pensamientos inusuales o «mágicos»
Ansiedad excesiva
Tristeza, depresión o apatía prolongadas
Pensamientos o declaraciones sobre suicidio o daño a otros
Abuso de sustancias
Cambios extremos del humor
Ira excesiva, hostilidad o comportamiento violento
Muchas personas que tienen trastornos de salud mental consideran que sus signos y síntomas son parte normal de la vida o evitan el tratamiento por vergüenza o miedo. Si te preocupa tu salud mental, no dudes en pedir ayuda.

Consulta a tu médico de atención primaria o pide una cita con un psiquiatra, psicólogo u otro profesional de la salud mental. Puede ser importante para ti encontrar un profesional que esté familiarizado con tu cultura o que demuestre una comprensión del contexto cultural y social que sea relevante para tus experiencias e historias de vida.
Con el apoyo apropiado, puedes identificar afecciones de salud mental y recibir tratamiento apropiado, como medicamentos o asesoría.
Existen estrategias eficaces y viables para promover, proteger y recuperar la salud mental.
La salud mental tiene un valor intrínseco y fundamental y es parte integral de nuestro bienestar general, está determinada por una compleja interacción de factores de estrés y vulnerabilidad individuales, sociales y estructurales.
La salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Es parte fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos. Es además, un derecho humano fundamental y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico.
La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental.
Los riesgos pueden manifestarse en todas las etapas de la vida, pero los que ocurren durante los períodos sensibles del desarrollo, especialmente en la primera infancia, son particularmente perjudiciales. Por ejemplo, se sabe que la crianza severa y los castigos físicos perjudican la salud infantil y que el acoso escolar es un importante factor de riesgo de las afecciones de salud mental.
Los factores de protección se dan también durante toda la vida. Entre ellos se cuentan las habilidades y atributos sociales y emocionales individuales, así como las interacciones sociales positivas, la educación de calidad, el trabajo decente, los vecindarios seguros y la cohesión social, entre otros.

Las amenazas mundiales incrementan el riesgo para poblaciones enteras; entre ellas se cuentan las recesiones económicas, los brotes de enfermedades, las emergencias humanitarias, los desplazamientos forzados, y la creciente crisis climática.
La mayoría de las personas no desarrollan afecciones de salud mental aunque estén expuestas a un factor de riesgo, mientras que muchas personas no expuestas a factores de riesgo conocidos desarrollan una afección de salud mental.
Las intervenciones de promoción y prevención se centran en identificar los determinantes individuales, sociales y estructurales de la salud mental, para luego intervenir a fin de reducir los riesgos.
La prevención del suicidio es una prioridad mundial y forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS. Algunas medidas permitirían avanzar al respecto, como limitar el acceso a los medios de suicidio,
La promoción de la salud mental de los niños y adolescentes es otra prioridad, que puede lograrse mediante políticas y leyes que promuevan y protejan la salud mental, apoyando a los cuidadores para que ofrezcan un cuidado cariñoso, poniendo en marcha programas escolares y mejorando la calidad de los entornos comunitarios y en línea. Los programas de aprendizaje socioemocional en las escuelas son de las estrategias de promoción más eficaces para cualquier país, independientemente de su nivel de ingresos.
La promoción y protección de la salud mental en el trabajo es una esfera de interés creciente, que puede favorecerse mediante la legislación y la reglamentación, estrategias organizacionales, capacitación de gerentes e intervenciones dirigidas a los trabajadores.
Las iniciativas nacionales de fortalecimiento de la salud mental no deben limitarse a proteger y promover el bienestar mental de todos, sino también atender las necesidades de las personas que padecen afecciones de salud mental.
Respuesta de la OMS (Organización Mundial de la Salud)
Todos los Estados Miembros de la OMS se han comprometido a aplicar el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, cuyo objetivo es mejorar la salud mental por medio de un liderazgo y una gobernanza más eficaces, la prestación de una atención completa, integrada y adaptada a las necesidades en un marco comunitario, la aplicación de estrategias de promoción y prevención, y el fortalecimiento de los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones. El Atlas de Salud Mental 2020 de la OMS mostró que los países habían obtenido resultados insuficientes en relación con los objetivos del plan de acción acordado.
Los trastornos de salud mental aumentan el riesgo de otras enfermedades y contribuyen a lesiones no intencionales e intencionales.
La depresión continúa ocupando la principal posición entre los trastornos mentales, y es dos veces más frecuente en mujeres que hombres.
Los trastornos mentales y neurológicos en los adultos mayores, como la enfermedad de Alzheimer, otras demencias y la depresión, contribuyen significativamente a la carga de enfermedades no transmisibles. Las proyecciones indican que el número de personas con este trastorno se duplicará cada 20 años.
La OMS recomienda que la asignación del gasto de salud esté en proporción a la carga de la enfermedad, y que haya paridad entre los aspectos físicos y mentales de la atención de salud. En términos prácticos, esto significa que los servicios de atención de salud física y mental deben prestarse de forma integrada, y que el porcentaje de gasto asignado a los servicios de salud mental debe ser proporcional al porcentaje de su carga atribuible.
Consejos para vivir bien con una condición de salud mental
Tener una condición de salud mental puede dificultar el trabajo, mantenerse al día con la escuela, cumplir con un horario regular, tener relaciones saludables, socializar, mantener la higiene y más.
Sin embargo, con un tratamiento temprano y consistente, a menudo una combinación de medicamentos y psicoterapia, es posible controlar estas condiciones, superar los desafíos y llevar una vida significativa y productiva.
Hoy en día existen nuevas herramientas, tratamientos basados en evidencia y sistemas de apoyo social que ayudan a las personas a sentirse mejor y alcanzar sus metas. Algunos de estos consejos, herramientas y estrategias incluyen:

Seguir un plan de tratamiento. Incluso si te sientes mejor, no dejes de ir a terapia o de tomar medicamentos sin la guía de un médico. Trabaja con un médico para ajustar de manera segura las dosis o los medicamentos si es necesario continuar con un plan de tratamiento.
Mantener actualizado al médico de atención primaria. Los médicos de atención primaria son una parte importante del tratamiento a largo plazo, incluso si también consultas a un psiquiatra.
Aprender sobre la condición. Saber más puede ayudarte a cumplir con tu plan de tratamiento. La información también puede ayudar a tus seres queridos a ser más solidarios y compasivos.
Practicar el autocuidado. Controla el estrés con actividades como la meditación o el tai-chi; comer sano y hacer ejercicio; y dormir lo suficiente.
Comunicarse con familiares y amigos. Mantener las relaciones con los demás es importante. En tiempos de crisis o momentos difíciles, comunícate con ellos para obtener apoyo y ayuda.
Desarrollar habilidades de afrontamiento. Esto puede ayudar a las personas a lidiar con el estrés más fácilmente.
Dormir lo suficiente. Dormir bien mejora el rendimiento del cerebro, el estado de ánimo y la salud en general. La falta constante de sueño se asocia con ansiedad, depresión y otras afecciones de salud mental.

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