Por Dr. José Duarte
Partido Independiente
Una de las prioridades del PI es la pobreza infantil, para esto es fundamental romper el ciclo de la pobreza para que los niños y niñas más vulnerables puedan alcanzar su máximo potencial.
En general la situación de pobreza a estos niños les viene impuesta por el entorno en que viven; por las condiciones económicas, sociales y culturales de sus padres, de su familia y en general de su medio ambiente,
Esto se asocia a insuficiencia de educación, de prevención sanitaria, y de mala nutrición.
La pobreza infantil es multidimensional y por lo tanto requiere ser atacada con políticas multisectoriales, que van desde la falta de empleo o ingresos insuficientes en el hogar, situaciones familiares difíciles, como por ejemplo el desempleo de los padres y a veces viven con un solo progenitor, y todavía este puede ser un adicto.
Antes de la pandemia provocada por el Covid-19, se habían conseguido ciertos avances. Sin embargo, las consecuencias de la crisis sanitaria llevaron a millones de personas de todo el mundo por debajo del umbral de pobreza.
La pobreza infantil sigue siendo una de las principales causas de la violación de los derechos del niño, estos se manifiestan a través del hambre, la mal nutrición, la falta de acceso a una vivienda digna, y presentar dificultades escolares.
Las enfermedades hacen que las poblaciones enfermas, por lo general, sean menos productivas, una causa que con el paso del tiempo va empobreciendo más a sus miembros.
La discriminación Limita sus oportunidades, hace que sus recursos sean escasos y tengan dificultad del aprendizaje, además generan exclusión social, falta de oportunidades y desigualdad.
Los niños y niñas que viven en la pobreza tienen altas probabilidades de seguir siendo pobres al ser adultos si no se toman las medidas adecuadas.
En general, la mayoría de la población pobre está atrapada en un círculo vicioso que no depende directamente de la conducta de ellos en la mayor parte de los casos y los niños y niñas son los más afectados, la situación de pobreza les viene impuesta por el entorno en que viven; por las condiciones económicas, sociales y culturales de sus padres, de su familia y en general de su medio ambiente.
Las poblaciones pobres y enfermas, son menos productivas, y con el paso del tiempo, van empobreciendo más a sus miembros, sobre todo a los niños.
La malnutrición, el hambre y la desnutrición son las peores consecuencias de vivir en situación de pobreza y la pobreza infantil es la más afectada.
Las niñas especialmente son las más vulnerables a sufrir actos de agresión física, embarazo adolescente y el matrimonio infantil.
Estos niños sufren en sus tres primeros años su desarrollo cognitivo y esto puede ser la diferencia en que tenga o no un buen desempeño escolar, por lo cual debe crearse una canasta específica para esta edad.
Todos debemos comprometernos en esta realidad para tener una sociedad más justa.
Los niños, niñas y adolescentes tienen necesidades específicas, que son distintas de las de la población adulta, viven en la pobreza y tienen altas probabilidades de seguir siendo pobres cuando son adultos.
Para quebrar el ciclo de la pobreza infantil los niños y niñas tienen que tener acceso a alimentos, abrigos adecuados, cuidados de la salud, educación y servicios públicos (agua potable, saneamiento, abrigo, electricidad).
Las medidas a tomar para disminuir la pobreza infantil y rescatarlos de la indigencia requiere un fuerte compromiso por parte de todos y el estado es la piedra fundamental de este proceso.
También requieren para su desarrollo un compromiso de acceso a servicios básicos como la educación, la salud y generar empleo a los padres que no deben ser discriminados ni excluirlos.
Se debe considerar el acceso a una vivienda adecuada con servicios sanitarios, agua corriente y abrigo.
La pobreza infantil sufre más en sus tres primeros años y ésta puede ser la diferencia en que tenga o no un buen desempeño escolar, por lo cual debe crearse una canasta específica para esa edad.
Hay que generar estímulos para que las empresas y las organizaciones que luchan contra la pobreza infantil aporten con capacitación a los padres para que vayan adoptando experiencia laboral y hábitos saludables.
Todas las empresas deben colaborar con la obligación de apoyar a estas familias, que irán tomando hábitos de trabajo.
Se debe proteger a estos niños contra todo tipo de violencia, maltrato, explotación sexual o de cualquier otra índole, y además contra la negligencia.
Hay que frenar tratos y comportamientos a nivel social y cultural, las niñas especialmente son vulnerables a sufrir actos de agresión física, embarazo y matrimonio infantil.
Debemos exigir a las instituciones de aprendizaje una educación adecuada, donde se permita un desarrollo integral.
En algunos países funciona un sistema de apadrinar.
Apadrinar es una manera de ayudar, permite ofrecerles ayuda específica a estos niños para mejorar las condiciones de vida.
Este apadrinamiento debe ser ético y responsable, así como respetar la forma de vida.
El padrinazgo es un programa que consiste en que cada padrino aporte un monto de dinero cada mes para ayudar a un niño o niña a ir a la escuela y crear alternativas para salir de la pobreza y construir un mejor futuro.
También se pueden crear grupos de ayuda con los vecinos para potenciar y compartir el apoyo que se requiera.
En estos casos nunca se debe sacar al niño o niña de su entorno familiar.
El INAU funciona bastante bien, una de las quejas de los padres adoptivos es la demora de los trámites de adopción, que generan incertidumbres y temor.
Todos debemos comprometernos en esta realidad para tener una sociedad más justa.