La aparente calma de las calles de Carmelo se vio interrumpida el martes, cuando un ciudadano y su acompañante fueron víctimas de un asalto en plena vía pública. El ataque fue tan repentino como brutal, dejando una estela de preguntas en una ciudad que todavía intenta comprender la lógica de la violencia que la atraviesa.
El hecho ocurrió en la calle Cagancha, donde el denunciante caminaba junto a un amigo. Sin previo aviso, tres personas —dos hombres y una mujer— se acercaron a ellos. Tras insultarlos, la mujer se abalanzó sobre el denunciante y, con un palo de escoba, lo golpeó hasta hacerlo caer al suelo. En ese momento, los atacantes aprovecharon para despojarlo de sus championes, mientras su amigo perdía un morral que contenía un celular. En cuestión de minutos, los atacantes desaparecieron, dejando a las víctimas sin más que la confusión y el desamparo en medio de la calle.
A raíz de la denuncia, la policía inició una investigación que no tardó en dar frutos. Los agentes identificaron a un posible involucrado: un hombre de 27 años, quien rápidamente se convirtió en el principal sospechoso. Con esta pista en mano, se gestionó un allanamiento en una vivienda ubicada en la calle 12 de Febrero. En el lugar, la policía encontró dos celulares y un envoltorio con cocaína, como si estos objetos fueran piezas de un rompecabezas que apenas empieza a revelar su imagen.
La operación continuó, y una inspección adicional permitió recuperar tres celulares más y, entre ellos, el calzado robado a la víctima. Finalmente, E.O., como se identificó al sospechoso, fue detenido y quedó a disposición de la Justicia. Mientras tanto, la policía sigue en busca de los otros implicados en el ataque, que aún se mueven libremente por las calles de Carmelo, eludiendo por ahora el brazo de la ley.
Este episodio es una muestra de la vulnerabilidad que enfrentan los ciudadanos en las calles de Carmelo, un lugar donde los objetos cotidianos —un palo de escoba, un par de championes— se transforman en símbolos de un tipo de violencia sin sentido. La investigación continúa, pero el incidente deja al descubierto una inquietud latente en la ciudad: la seguridad de sus habitantes en un entorno cada vez más incierto.
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