Este domingo, a tan solo siete días del decisivo balotaje presidencial, los candidatos Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del Partido Nacional, protagonizaron un debate que marcó diferencias claras en temas críticos como impuestos, salarios, seguridad y educación. Durante una hora y media, los aspirantes a la presidencia cruzaron posturas en un encuentro que delineó las prioridades de cada propuesta.
En el ámbito tributario, Orsi se comprometió a no aumentar los impuestos si llega a la presidencia, reafirmándolo en dos ocasiones. Sin embargo, Delgado puso en entredicho esta promesa, señalando que el programa del Frente Amplio contempla ajustes fiscales en áreas como patrimonio y capital. Este fue uno de los primeros momentos de tensión entre los contrincantes, subrayando un enfoque discordante sobre la gestión económica del país.
La seguridad también fue un campo de fricción. Delgado acusó al Frente Amplio de haber «fracasado» durante sus 15 años de gobierno en esta materia. Afirmó que la administración de Luis Lacalle Pou es la primera, desde el retorno democrático en 1985, que logra reducir los índices de delincuencia para su sucesor. Por su parte, Orsi evitó mirar al pasado, declarando que su enfoque estaría en combatir los problemas actuales. “Mi enemigo no es el Partido Nacional, son el narcotráfico, la violencia y la corrupción”, enfatizó.
En términos laborales, el debate se centró en el poder adquisitivo y el empleo. Orsi criticó la gestión actual, señalando que trabajadores y jubilados han sufrido una pérdida de poder adquisitivo durante cuatro años. En respuesta, Delgado destacó que la situación laboral ha mejorado respecto a 2019, subrayando la recuperación de empleos tras las pérdidas que atribuyó al último gobierno del Frente Amplio.
La discusión sobre educación se tornó en un eje polémico, especialmente en cuanto a la participación docente en la administración educativa. Orsi aseguró que, de ser elegido, restituiría a los docentes en la conducción de la ANEP, pero con representantes elegidos por sus pares y no necesariamente vinculados a sindicatos. Delgado, por su parte, acusó a los sindicatos de haber bloqueado reformas durante los gobiernos frenteamplistas, reiterando que no permitiría su retorno a cargos de decisión si llega a la presidencia.
El debate dejó en claro que el próximo domingo los uruguayos no solo decidirán entre dos nombres, sino entre dos visiones de país, en un contexto que promete ser crucial para el futuro político y social de la nación.