Por Alejandro Prieto
Montevideo, 19 nov (EFE).- Lejos de la paridad de género en la representación política y con una ley de cuotas que se aplica de forma «minimalista», Uruguay alcanzó en las elecciones de octubre un 29 % de bancada femenina en el Parlamento, ocho puntos más que en 2019 pero todavía por debajo del promedio americano.
«Las mujeres hemos construido la historia de esta nación (…) ¡¿Qué me van a decir que no participamos?! ¡Participamos toda la vida!», sentenció Beatriz Argimón, la vicepresidenta , en mayo durante el encendido discurso para apoyar una ley de paridad en listas políticas que no prosperó.
Impulsado por la senadora del oficialista Partido Nacional Gloria Rodríguez, el proyecto, acompañado además por el opositor Frente Amplio, solo fue apoyado por otra senadora de la coalición gobernante y obtuvo 15 de 21 votos.
Magros resultados
«No veo otro camino que una ley de paridad en el Parlamento para que de una vez por todas este país referente en la consagración de derechos sea referente nuevamente en los hechos de que mujeres y hombres juntos construimos la mejor calidad de vida», había dicho en un acto previo la vicepresidenta.
Es que, como asegura a EFE la coordinadora de ONU Mujeres en Uruguay, Magdalena Furtado, «la evidencia internacional demostró que sin leyes de cuota o paridad se avanza mucho más lento» y que este tipo de normas suponen «un impulsor para que haya más mujeres en los cargos de representación».
Pese a haber una ley de cuotas desde 2009,, Furtado dice que se aplica de manera «minimalista» y redunda en un progreso «muy lento».
«La mayoría de las listas pone ‘hombre, hombre, mujer’ y el tercer lugar obviamente es el menos elegible», acota.
Con la «leve mejoría» lograda en las recientes elecciones, Uruguay habría pasado del puesto 97 al 80 «,más o menos» en la clasificación mundial de países por el porcentaje de mujeres en las cámaras parlamentarias .
De pionero a rezagado
Tanto con la aprobación del divorcio por sola voluntad de la mujer en 1913 como del voto femenino en 1927, Uruguay fue reconocido como un pionero en Latinoamérica.
Estos hitos históricos, que Argimón pidió en mayo «desmitificar» pues dijo que «eso de ser pioneros responde a múltiples consideraciones sociales» y que las mujeres históricamente no llegaron al manejo del poder económico, comunicacional o político, son paradójicos para un país hoy rezagado en su región.
Con nueve senadoras y 28 diputadas electas, no alcanza el promedio del 35 % que se da en el continente americano, lo que, de acuerdo con Furtado, se debe a que otros países, como Argentina, México o Chile, adoptaron leyes de paridad o «acciones afirmativas» similares «mucho antes».
La diputada electa del Frente Amplio (FA) Tatiana Antúnez subraya a EFE que, aunque el 52 % de la población son mujeres, Uruguay está todavía en «un escenario de mínima» que evidencia «un problema bastante grave».
«Hoy el Parlamento está en una situación un poquito mejor, pero estamos a los niveles de los países árabes, donde sabemos que el lugar de las mujeres está muy por debajo de lo que se espera», recalca.
Puertas adentro
Antúnez detalla que como el FA resolvió trascender la cuota y «aplicar la paridad» en listas, hoy reúne el 39 % de las futuras legisladoras. El 18 % corresponde al Partido Nacional y el 13 % al Partido Colorado.
La diputada colorada Fátima Barrutta, impulsora de un proyecto de paridad que tampoco prosperó, indica a EFE que, pese a ello, hay ejemplos, que a su juicio no deben ser una «excepción» para que la ley de cuotas se cumpla, como el de un dirigente de su partido que cedió un segundo lugar de lista a una «dedicada militante».
«Debiéramos tener sanciones políticas y sobre todo una sanción social para quienes la incumplan», dice quien quiere ver si las 60 participantes de un reciente programa público de fortalecimiento de líderes políticas resultaron electas y pide hacer una autocrítica «puertas adentro de cada partido».
Consciente de que los agravios que reciben las mujeres políticas y el horario laboral nocturno desestimulan a muchas, Antúnez coincide en que hay mucho por hacer.
«Hay un campo enorme que hay que trabajar, si no abordamos todo este campo integralmente las mujeres vamos a tener menos representación siempre en la vida política o vamos a tener que ser la mujer maravilla y poder todo y aguantar todo», resume.