París, 26 nov (EFE).- Los diputados franceses de todos los partidos enviaron este martes a la Unión Europea un mensaje aplastante de rechazo al acuerdo con Mercosur, que la Comisión Europea pretende sacar adelante con el apoyo de muchos países, encabezados por Alemania y España.
Todos los partidos franceses se pronunciaron contra ese acuerdo UE-Mercosur alcanzado en 2019, pero con posiciones diferentes, que tuvieron su traslación en el voto sobre la resolución que presentó el Gobierno, que fue el que tuvo la iniciativa de un debate organizado en un contexto de protestas de los agricultores en diferentes puntos del país.
Al final, 484 diputados aprobaron la resolución presentada por el Ejecutivo, mientras 70 hicieron en contra, lo que no quiere decir en absoluto que estos últimos (esencialmente de La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon) estén a favor de un marco de libre comercio con Mercosur.
La ministra de Agricultura, Annie Genevard, se esforzó en quitar hierro a las diferencias, subrayó que todos los que intervinieron fueron unánimes en el rechazo al acuerdo, que a Francia se le va a prestar atención en Bruselas por este voto y que el Gobierno tiene «la esperanza de que se la imite».
El supuesto impacto negativo que tendría ese acuerdo para la agricultura francesa, en particular para varios sectores específicos como son la carne de vacuno, el pollo y la producción de azúcar, fue el gran argumento esgrimido durante el debate que precedió al voto.
«La agricultura no debe ser nunca una variable de ajuste», señaló Genevard, en referencia al texto acordado en 2019 entre la Unión Europea y Mercosur, que se encuentra bloqueado desde entonces, sobre todo por las resistencia de Francia.
La ministra consideró que hay un «riesgo real» de que salga adelante el acuerdo UE-Mercosur, que «tal y como lo contempla la Comisión Europea, no es aceptable».
«Si nos oponemos a este acuerdo no es por dogmatismo sino por pragmatismo», afirmó después de haber explicado que su país no rechaza por principio cualquier acuerdo de libre cambio, pero sí éste en concreto.
Una de las razones principales es que permitiría la entrada en la Unión Europea de muchas más importaciones agrícolas procedentes de Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay, países donde no existen las mismas limitaciones en el uso de fitosanitarios o de antibióticos para la cría del ganado que en la UE.
También que el texto consensuado en 2019 entre los dos bloques no integra como condición el cumplimiento por las partes del Acuerdo de París sobre el clima, que para Francia es un imperativo.
La consecuencia, según la ministra francesa, sería que muchos productores franceses que están sometidos a unas reglas sanitarias o medioambientales mucho más estrictas dejarían de ser competitivos lo que entrañaría «la deslocalización de una parte de la agricultura» gala.
Por eso, una de las condiciones que pone Francia para retomar la idea de un compromiso entre la UE y Mercosur, como dijo la ministra delegada del Comercio Exterior, Sophie Primas, es que la UE incorpore las llamadas «cláusulas espejo».
Es decir, que los productos de los países que exporten a la UE estén sujetos a las mismas reglas que los agricultores europeos.
Este debate en la Asamblea Nacional, como el que se va a celebrar el miércoles en el Senado también con un voto que se presume igualmente aplastante, es resultado de una iniciativa del primer ministro, el conservador Michel Barnier, que como han señalado varios miembros de su Gobierno pretende convencer a las instituciones europeas. EFE