La empresa láctea Calcar atraviesa una delicada situación financiera que la ha llevado a anunciar que no podrá abonar los salarios correspondientes a esta semana. Así lo informó este martes el dirigente sindical Enrique Méndez durante una rueda de prensa, en el marco de un conflicto laboral que también involucra a la cooperativa Coleme, donde 11 empleados fueron despedidos recientemente.
Medidas sindicales ante la crisis
La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) reaccionó a esta crisis declarando un cronograma de asambleas en todas las plantas del país, acompañadas de paros laborales. El objetivo, según los representantes sindicales, es informar a los trabajadores sobre el estado de conflicto en el sector y debatir posibles respuestas.
Un sector bajo presión
El anuncio de Calcar agrava el panorama de la industria láctea, que ya enfrentaba tensiones por los despidos en Coleme, una cooperativa con sede en Cerro Largo. La incapacidad de Calcar para cumplir con el pago de salarios subraya la compleja realidad económica que atraviesan algunas empresas del rubro, afectando tanto a los trabajadores como a las comunidades que dependen de esta actividad.
Repercusiones y próximos pasos
El sindicato no descarta la adopción de nuevas medidas de presión si no se encuentran soluciones rápidas y efectivas para garantizar los derechos de los empleados. Mientras tanto, el anuncio de Calcar eleva las alarmas sobre la viabilidad económica de ciertas empresas clave en la cadena láctea de Uruguay.
Este conflicto no solo impacta a los trabajadores, sino que también pone de manifiesto los desafíos estructurales que enfrenta el sector lácteo, con implicancias potencialmente graves para la economía local y nacional.
Méndez aseguró a Subrayado que tanto Coleme como Calcar “se benefician del Fondo de Reconversión para la industria láctea”, y que aún así “reducen puestos de trabajo”y en redes sociales publicó esta tarde: