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Lo conoció por internet. Comenzaron a hablar, computadora de por medio, hasta que finalmente se vieron. Para Camila (nombre ficticio) era un buen hombre y eso fue lo que más le atrajo. «Me parecía bueno por la forma como me trataba», cuenta. Estuvieron un año viviendo juntos hasta que decidieron casarse. El mismo año en el que la familia de Camila la habilitó legalmente a contraer matrimonio, le estaba preparando el cumpleaños de 15. El hombre con el que se casó tiene más de 30 años.
El caso de Camila no es aislado. En Uruguay, 7,4% de las adolescentes de entre 15 y 19 años están casadas, según un estudio realizado en 2013 por Unicef en colaboración con el Ministerio de Desarrollo Social y editado en diciembre de 2015, porcentaje que no está tan lejos del embarazo adolescente, que en 2015 se ubicó en 9,6%.
Además, 10,2% de las que actualmente tienen entre 20 y 24 años y se casó siendo menor, lo hicieron con un hombre 10 años mayor o más. El estudio también indica que 15% de las mujeres de entre 20 y 49 años se casaron antes de los 18. Desde 2013, para poder casarse en Uruguay es necesario tener como mínimo 16 años y, de ser menor, se debe contar con el aval de un adulto a cargo.
Fue la primera vez que se aplicó la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados, que mide, entre otros factores, el matrimonio a edades tempranas. Al momento de aplicar el formulario, los investigadores creían que consultarle a una adolescente uruguaya si estaba casada iba a ser innecesario y el dato sería marginal, pero había que atenerse a los pasos del estudio.
Sin embargo, la encuesta develó que no solo era necesario preguntarlo, sino que se debe trabajar el tema como un problema específico para mejorar las cifras, según Lucía Vernazza, socióloga y oficial de planificación y monitoreo de Unicef en Uruguay. «Como oficina este no era un tema que nosotros tuviéramos en el mapa, no era una preocupación el tema del matrimonio infantil. Nosotros lo seguíamos por el tema de derechos humanos en general, que uno siempre apunta. Pero ahora sabemos que hay que investigar más, que es una realidad», sostuvo.
Una reacción similar tuvieron las autoridades del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) cuando conocieron la cifra. Dardo Rodríguez, director del instituto, indicó que el tema los «preocupa», relacionado especialmente al embarazo adolescente no deseado, uno de los indicadores que el Ministerio de Salud Pública (MSP) se propone disminuir durante el quinquenio.
Según Unicef, casarse o convivir con un hombre a edades tempranas es un factor de vulnerabilidad. «Requeridas para realizar grandes cantidades de trabajo doméstico, presionadas para demostrar su fertilidad y responsables de la crianza de los hijos cuando todavía son niñas, las chicas casadas y las madres en edad infantil se enfrentan a restricciones en la toma de decisiones y a opciones de vida reducidas», indica el informe realizado a partir de la encuesta. Además, las adolescentes que se casan son más propensas a ser víctimas de violencia, especialmente si se casan con hombres una década o más mayor.
Fuente: El Observador.
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