El Centro de Viticultores del Uruguay (CVU) enfrenta un momento crítico, según informó El Observador. La organización no ha logrado comercializar los 1,5 millones de litros de vino producidos con la uva de 2024, lo que afecta directamente a unas 50 familias de productores que no han recibido el pago por su materia prima. Además, se aproxima una nueva cosecha de 1,8 millones de kilos de uva, aumentando la presión sobre el sector.
En una entrevista con el medio, el presidente del CVU, Aramir Silva, calificó la situación como «un problema gravísimo». Durante la última década, el CVU implementó un plan de negocio promovido por el gobierno de Tabaré Vázquez, que implicaba la compra de uva a los productores para elaborar y comercializar vino, pero este año el esquema enfrenta obstáculos que han impedido el cumplimiento de los pagos.
El vino permanece almacenado en piletas de cemento en la bodega Mariposa, mientras el CVU busca alternativas como la venta del vino tinto y la transformación del moscatel en alcohol vínico. La institución convocó a una asamblea extraordinaria el 12 de diciembre en Las Piedras, para discutir la situación y definir estrategias.
Por otro lado, Silva aseguró que el CVU ha iniciado gestiones con el presidente Luis Lacalle Pou y el mandatario electo Yamandú Orsi, buscando apoyo en este período de transición gubernamental. «Lacalle Pou prometió ayudarnos a salir de esta situación, y Orsi nos aseguró que la granja será prioridad en su gestión», declaró Silva al medio.