La tarde del 5 de noviembre comenzó con una llamada de alerta que movilizó a la Dirección Departamental de Investigaciones. Según la información recibida, dos hombres estaban en la zona portuaria de Carmelo portando armas de fuego. La tranquilidad habitual del lugar, enmarcada por el movimiento pausado del río y el ir y venir de pescadores, fue alterada por la llegada de agentes de policía.
Al arribar al sitio señalado, los oficiales se encontraron con un escenario que demandó respuestas rápidas. Uno de los hombres, al notar la presencia policial, intentó ocultar su vínculo con un arma de fuego al arrojarla entre las malezas. Un gesto veloz pero no lo suficientemente discreto para pasar desapercibido. La escena se tensó mientras los uniformados procedían a registrar a ambos sospechosos.
Durante la inspección, el segundo individuo portaba algo más que inquietud en sus bolsillos. Los agentes encontraron una sustancia blanca oculta dentro de una de sus medias. Sin mediar resistencias mayores, ambos hombres fueron trasladados a la dependencia policial para ser interrogados.
En el lugar, personal de Policía Científica realizó un minucioso relevamiento, recolectando el arma y otros indicios que podrían resultar clave para la investigación. En paralelo, la fiscal actuante ordenó la detención de ambos implicados, mientras se procesaba la evidencia recogida.
El desarrollo del caso tomó un giro en las últimas horas. Uno de los involucrados recuperó su libertad, mientras que el otro, identificado como B.C., de 28 años, continúa detenido y a disposición de la Justicia. El curso de los acontecimientos, ahora en manos judiciales, promete arrojar luz sobre el trasfondo de este episodio que interrumpió la calma de Carmelo.
Las autoridades locales no han dado más detalles sobre la naturaleza de la sustancia incautada ni sobre los motivos que llevaron a los sospechosos a la zona portuaria con un arma de fuego. Por ahora, las preguntas quedan en el aire, mientras el caso avanza entre pruebas y declaraciones.