A los 64 años, Jorge Lanata, uno de los periodistas más reconocidos y polémicos de Argentina, falleció tras un agravamiento en su estado de salud que lo mantuvo internado en el Hospital Italiano. Sus familiares más cercanos se habían acercado al establecimiento para despedirse de él en las últimas horas.
Lanata, cuyo nombre se convirtió en sinónimo de periodismo de investigación en la región, deja un legado indiscutible en los medios de comunicación. Fundador de Página/12, un diario que marcó un hito en la prensa escrita de Argentina, también se destacó en la televisión con programas como Periodismo Para Todos, donde llevó las denuncias de corrupción y las historias de impacto al horario central, generando tanto adhesión como críticas.
Su estilo incisivo, su capacidad para incomodar al poder, y su voz ronca, inconfundible, lo convirtieron en una figura emblemática y controversial. Fue, además, un defensor acérrimo de la libertad de expresión, un escritor prolífico y un amante de la radio, medio donde también dejó su huella.
Lanata fue mucho más que un periodista; fue un narrador apasionado de las contradicciones y desafíos de su país, un constructor de relatos que supo capturar las luces y sombras de una sociedad compleja. Con su partida, se apaga una voz que, por momentos, fue el eco de los indignados, el crítico de los excesos del poder, y un personaje indispensable en el panorama mediático argentino.
Su fallecimiento deja un vacío en el periodismo, pero también una obra y un espíritu crítico que permanecerán en la memoria colectiva de quienes lo siguieron, debatieron y admiraron. Hoy, Argentina despide a un periodista que jamás pasó desapercibido.
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