Por Elio García |
Ayer a las 16 horas en ruta 55 y ruta 21 sucedió un hecho que debe servir para sentirnos orgullosos de nuestra gente y autoridades.
En una realidad de una sociedad global violenta, donde muchos colectivos de personas dan muestras de intolerancia y el miedo va construyendo muros por fanatismos políticos, religiosos y sociales; la reunión organizada por vecinos de ese lugar debería estar en todos los medios destacada, con la misma cobertura que muchas veces aparecen en la prensa las noticias tristes que registran hechos violentos.
Es así que ayer a la tarde estaba previsto un encuentro informal entre el Ministro de Transporte y Obras Públicas Víctor Rossi y un grupo de ciudadanos que se sienten afectados por la situación de las rutas y la problemática vial que conlleva el tránsito de grandes camiones.
Y justamente a las 16 horas el Ministro Rossi llegó al lugar en su propio auto, se bajó solo del mismo, sin ninguna seguridad especial y caminó rumbo al grupo de personas que pedía explicaciones tranquilamente. Allí saludó con corrección y la misma fue devuelta en igualdad expresiva de todos y cada uno de los asistentes.
Comenzó el intercambio de palabras, los vecinos tuvieron posibilidad de escucharlo y hablar de igual a igual. Lo hicieron largo y tendido al borde de la ruta y todos tuvieron la posibilidad en decir sus verdades durante una hora. El Ministro escuchó y dio sus puntos de vista.
Todo lo que sucedió allí fue transmitido en vivo vía streaming de Facebook por Carmelo Portal y quienes pretendan enterarse que pasó pueden acceder al mismo en forma completa.
Esta reflexión no intenta hacer una lectura política de la situación de las carreteras y el impacto que tiene en la vida de las comarcas y en el desarrollo del país. Ya habrá tiempo para hacerlo.
Queremos rescatar el respeto y la madurez con que todos los actores desarrollaron la misma. Respeto y madurez que es un valor aún hoy muy vigente en gran parte de la sociedad uruguaya.
Da orgullo ser uruguayo y ser testigo de estas reuniones apasionadas, duras, serias, pero que se llevan a cabo con altura, sin prepotencia, con un profundo respeto de la autoridad hacia los ciudadanos y viceversa.
Poner énfasis en este hecho de convivencia ciudadana y destacarlo más que una obligación periodística es una muestra en que la madurez ciudadana sigue vigente en nuestro hermoso país.