Walter Zimmer, exintendente de Colonia, se muestra como un hombre que aún no se ha retirado completamente del ámbito político, a pesar de haber dejado su cargo hace ya diez años. En una conversación que se extiende por más de una hora, repasa su trayectoria, reflexiona sobre su legado y ofrece su mirada sobre el futuro político del departamento.
El encuentro tiene lugar en el estudio de Radiolugares, en el programa Tenemos Que Hablar, allí empieza a hablar sobre el significado de su vida política: “Nunca me he ido de la política, aunque me haya jubilado. El compromiso sigue vivo, aunque ya no esté en funciones”, afirma.
Aunque ya no ostenta un cargo, Zimmer sigue atento a los movimientos políticos del departamento y sugiere una revitalización de la vieja “lista 19”, aquella que lo llevó a la intendencia por más de una década. “No soy un candidato, pero sigo creyendo que el análisis político y la reflexión son fundamentales”, añade, con una mirada que refleja su constancia en la política, más allá de las urnas.
«La política no termina con una elección», señala, mientras reflexiona sobre los cambios en la región. Para él, el futuro del departamento no debe descansar solo en las figuras de los políticos actuales, sino en cómo las viejas líneas de su partido se siguen manteniendo vigentes.
Uno de esos nombres que resuena fuertemente es el de Guillermo Rodriguez, el actual Secretario General de la Intendencia, que representa la continuidad de las ideas que Zimmer supo defender durante años.
“Lo elijo porque es el que mejor puede llevar adelante el partido. Tiene el potencial para gobernar los próximos diez años”, asegura con una mirada confiada.
LO QUE IMPORTA ES EL FUTURO
En un giro hacia el pasado, Zimmer no elude la mención de sus desacuerdos con el gobierno de Carlos Moreira, apodado “el gallego”, con quien compartió varios conflictos durante su mandato. Pero, como él mismo explica, la sabiduría que llega con los años ha limado esas asperezas: “A veces, las grandes diferencias se diluyen con el tiempo. Uno se da cuenta de que los resentimientos no conducen a nada. Lo que importa es el futuro del departamento, no lo que ocurrió en el pasado”, reflexiona.
WILSONISMO
El exintendente parece tener claro su lugar en la historia de Colonia. La figura de Wilson, una de las más influyentes en su carrera, no es solo un símbolo del pasado; es un legado que él cree fundamental para el futuro. “El wilsonismo no ha muerto. Lo que hicimos en su momento sigue siendo válido hoy”, dice con una certeza que atraviesa sus palabras. Y, al hablar de ese legado, Zimmer no oculta su crítica hacia aquellos que han tomado esas banderas y las han transformado en otras cosas. Según él, el Frente Amplio, en su ascenso, ha sabido tomar los ideales de un sector que, en su opinión, fue perdiendo terreno: “Ellos fueron inteligentes. No inventaron nada nuevo, tomaron lo que nosotros ya teníamos”, asegura.
COLONIA Y SU TIERRA
La conversación fluye hacia su visión de la tierra y la producción en Colonia.
Zimmer se muestra categórico al hablar sobre el latifundio: “En este departamento, la tierra no puede concentrarse en manos de unos pocos. Somos un país productor de alimentos y debemos garantizar que las áreas productivas estén protegidas. El modelo debe ser otro.” Sin dudar, añade que los intereses multinacionales no deben poner en peligro la producción nacional. “La forestación, en algunas zonas, está desplazando lo que debería ser tierra para la ganadería y la agricultura. Es una cuestión de equilibrio.”
POLÍTICA Y TERRITORIO
Cuando la conversación se adentra en las problemáticas locales, el exintendente se refiere a los problemas de infraestructura y la percepción de que Colonia ha sido favorecida en detrimento de otros municipios, como Carmelo. “Es un tema que he escuchado muchas veces. Que todo para Colonia y nada para Carmelo. Yo he trabajado para que no fuera así.
Durante mi mandato, el BID concentró sus inversiones en Carmelo. No hubo favoritismos, pero sí decisiones estratégicas para mejorar lo que más lo necesitaba.” Sin embargo, Zimmer reconoce que ciertas obras no fueron satisfactorias. “Carmelo tiene una obra importante en el acceso norte, que cambió su vida, pero es cierto que algunas infraestructuras, como la ciclovía, quedaron mal resueltas. No todo salió perfecto.”
Zimmer no escatima en críticas, pero también resalta las decisiones que marcaron su paso por la intendencia. “Algunas obras eran urgentes. Trasladamos asentamientos de forma ordenada, creamos espacios con servicios, y trabajamos por los más vulnerables”, dice, sin perder de vista la importancia del trabajo social en su gobierno. Y al mencionar el futuro, se muestra claro: “La producción debe seguir siendo la columna vertebral de este departamento. A pesar de los cambios y los avances en energía renovable, los alimentos siguen siendo nuestra mayor riqueza.”
EL INICIO DE LA MILITANCIA: «Pasé por todas las etapas»
“Yo pasé por todas las etapas”, dice Zimmer cuando se le pregunta por sus inicios en la política. Habla de los años sesenta y setenta, marcados por movimientos estudiantiles y luchas sociales que marcaron una generación. “Había un núcleo militante muy idealista, influenciado por lo que pasaba en Latinoamérica, desde el mayo francés hasta el Cordobazo en Argentina. Todo eso generó un movimiento que llegó a la universidad y luego al liceo.” “Ahí se daba la verdadera lucha ideológica”, afirma.
Su camino político lo llevó al Frente Amplio, donde fue fundador del 26 de Marzo. Sin embargo, su relación con esa fuerza política fue breve. “Hice una autocrítica por la forma en que el Frente manejaba los comités de base y la militancia. No me dejé arrear, y después de dos años volví al Partido Nacional”, explica. Desde entonces, ha mantenido una postura independiente: “Hoy soy orejano dentro del Partido Nacional. Ningún sector me conforma del todo.”
UN LEGADO FRAGMENTADO
La filosofía del ser wilsonista surge casi de forma natural en la conversación. Zimmer lo describe como una corriente política que marcó su vida, pero que hoy se encuentra dividida. “El wilsonismo se partió en veinte pedazos. Cada sector lo tomó y lo llevó hacia sus propios intereses. Antes había un perfil claro, ahora está diluido entre distintas corrientes dentro del Partido Nacional”, lamenta.
A pesar de esto, no duda en afirmar que los principios del wilsonismo –como la justicia social, la defensa de los más vulnerables y el equilibrio entre tradición y modernidad– siguen siendo relevantes. “El wilsonismo sigue siendo el centro progresista del Partido Nacional”, afirma.
JUVENTUD Y POLÍTICA: ¿UNA RELACIÓN ROTA?
El periodista le plantea a Zimmer una inquietud: ¿por qué parece que los jóvenes están más alejados de la política? Zimmer disiente de una lectura pesimista, aunque reconoce cambios en la dinámica de participación. “Siempre hubo jóvenes que no se interesaron en la política, pero antes existía un núcleo militante más visible, con un fuerte idealismo. Hoy las redes sociales han cambiado el escenario; hay una militancia virtual que no se parece a la que conocimos.”
Sin embargo, Zimmer subraya que la política necesita crear espacios para las nuevas generaciones: “Hay que devolverle a la juventud la posibilidad de soñar, de participar activamente en los partidos. La política necesita su energía y sus ideas.”
CARMELO Y EL DESAFÍO DE LA IGUALDAD
Zimmer destaca la importancia de dar a Carmelo un lugar protagónico en el desarrollo departamental: “Guillermo, el candidato que apoyo, es carmelitano. Creo que puede representar a su ciudad y al departamento con la experiencia que ha adquirido.”
Cuando se le pregunta qué aspectos mejorar en Colonia, Zimmer se enfoca en lo social: “Volver a pensar en la educación, la cultura, el acceso a la vivienda y en garantizar que no haya una pobreza que humille. Aunque destaca que Colonia está mejor que otros departamentos, señala que aún queda mucho por hacer.
Cierra la entrevista con una reflexión sobre la política como herramienta de cambio y construcción: “La política no termina. Uno puede jubilarse, pero las ideas siguen vivas. Mi compromiso es con los valores que defendí siempre: justicia social, transparencia y desarrollo,» concluye.
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