Las Llamadas de Colonia volvieron a convertirse en un espectáculo multitudinario, reafirmando su lugar en el calendario cultural uruguayo. En esta edición 2025, el desfile fue bautizado con el nombre de Ariel Suárez, en honor a un referente del carnaval carmelitano, y reunió a miles de personas a lo largo de la avenida Artigas, donde el sonido de los tambores marcó el pulso de la noche.
El ritual sonoro del chico, el piano y el repique envolvió la ciudad en un ritmo hipnótico, mientras dieciséis comparsas desplegaron su arte en una fusión de tradición y pasión. Desde los barrios colonienses hasta las localidades más alejadas del departamento, los tamborileros, bailarines, vedettes y portaestandartes hicieron vibrar a un público entregado, que aplaudía con fervor cada pasada.
El desfile contó con la participación de agrupaciones emblemáticas como La Cuerda Néctar, Alma Lubola, Mozambique, Eco de Tambores, Rosario 250, La Nueva Reina del Empuje, Caracú Quemao, Puerto Sauce, Burundí, Dulces Guerreras, Agrupación Lubola, La Zulema, Lonjas Pichoneras, La 10 de Mayo, El Colibrí y Morenada Lonjas, entre otras. Cada comparsa, con su vestuario colorido y su cadencia inconfundible, rindió homenaje a la herencia afrodescendiente, reafirmando el legado cultural del candombe en Uruguay.
Una noche de fiesta en medio de tiempos difíciles
Desde el palco oficial, las autoridades departamentales y nacionales siguieron el desfile con atención. Entre ellos, el secretario general de la Intendencia de Colonia, Guillermo Rodríguez, y el diputado Nicolás Viera, próximo a asumir como senador. Rodríguez destacó la importancia de este evento no solo como expresión cultural, sino también como un motor de reactivación social en un momento complejo para la ciudad. «El carnaval siempre ha sido un bálsamo para el pueblo. En estas horas difíciles, después del golpe que significó la pérdida de una gran fuente laboral en la ciudad, ver a la gente reunida en las calles, celebrando, nos recuerda el poder de la cultura para unirnos», expresó el jerarca.
La fiesta, además, generó un significativo movimiento económico en la zona. Puestos de comida y bebida, atendidos por instituciones locales, ofrecieron a los asistentes sabores tradicionales, mientras vendedores ambulantes se sumaban a la marea humana. La transmisión en vivo de Televisión Nacional llevó el evento a cada rincón del país, reafirmando el alcance de las Llamadas colonienses.
Un operativo impecable
Más allá del espectáculo, la organización del evento desplegó un dispositivo logístico impecable. Se habilitó un sector exclusivo para personas con discapacidad, se instalaron puestos de hidratación, y un equipo de servicio médico y voluntarios garantizó la seguridad de los asistentes. La intendencia movilizó a su equipo de limpieza para que, al amanecer, la avenida volviera a lucir como si el estruendo de los tambores jamás la hubiese sacudido.
Las Llamadas de Colonia 2025 quedaron en la memoria como una noche en la que la identidad y la resistencia cultural se impusieron a la incertidumbre. Un recordatorio de que, cuando suenan los tambores, la historia sigue latiendo.
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