El Hotel Casino Carmelo, un ícono del turismo en el departamento de Colonia, enfrenta un futuro incierto tras la falta de avances en su licitación.
El ministro de Turismo saliente, Eduardo Sanguinetti, reconoció en una entrevista con Búsqueda que la gestión gubernamental no logró encaminar una solución definitiva para la emblemática propiedad.
Sanguinetti explicó que, al asumir la administración, la situación del hotel era crítica: acumulaba deudas cercanas a los 50 millones de pesos en impuestos, mientras que su garantía apenas alcanzaba los 1,6 millones. “Cuando intimamos el pago de esas deudas, los propietarios dijeron: ‘(Es) mucho más barato cerrar la empresa, acá tienen las llaves y, listo, problema de ustedes’. Ahí hubo falta de control de la administración anterior”, sostuvo el jerarca al semanario capitalino.
El ministro reconoció que existió interés de inversores, quienes llegaron a adquirir pliegos para una posible licitación. Sin embargo, el alto costo de recuperación del edificio y la falta de rentabilidad de los casinos tradicionales desalentaron las ofertas. «Las licencias de casino que hoy le interesan a la gente que está en la actividad son las online, porque son las que realmente tienen un rédito económico. Entonces, va a ser difícil», admitió.
Ante la consulta sobre posibles estrategias para reactivar el proyecto, Sanguinetti dejó la definición en manos de la próxima administración, aunque destacó que el Ministerio de Economía podría considerar exoneraciones tributarias para atraer inversiones. No obstante, subrayó que la hotelería, ya sea estatal o privada, sigue siendo una actividad económica que debe ser sustentable. «El Argentino Hotel es un caso típico: si se cae, también se cae el balneario. Pero lo tendrán que ver las nuevas autoridades, ver cuáles son las prioridades, porque los recursos son finitos», señaló.
El futuro del Hotel Casino Carmelo dependerá, en gran medida, de la capacidad del próximo gobierno para atraer inversiones y diseñar una estrategia viable. Mientras tanto, el edificio permanece como un recordatorio de los desafíos que enfrenta la gestión del turismo en Uruguay.
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