Tarariras, 12 de febrero de 2025. El sindicato ALTRAC, que representa a los trabajadores de la cooperativa láctea Calcar, presentó un balance de los últimos diez años, en el que repasa los desafíos y cambios que han marcado la trayectoria de la empresa. El documento detalla el impacto de las decisiones económicas y estructurales en los trabajadores, así como los esfuerzos por mantener la operativa de la cooperativa.
En 2014, Calcar operaba con dos plantas: una quesera en la ciudad de Carmelo y otra de subproductos en Tarariras. Hasta entonces, las inversiones se distribuían entre ambas, pero a partir de 2015 la empresa redirigió los recursos hacia la planta de Tarariras ante las primeras señales de dificultades en el mercado internacional de los quesos. Esto derivó en el traslado de trabajadores entre plantas, que en 2016 se consolidó con las primeras reubicaciones definitivas.
El sindicato destaca que, en 2017, cuando las inversiones debían estar finalizadas, estas se detuvieron. En ese contexto, la empresa comenzó a fraccionar el pago de salarios: un 75% el quinto día hábil y el 25% restante diez días después, con el fin de garantizar la cadena de pagos para insumos de producción. Paralelamente, se iniciaron envíos al seguro de desempleo y se ajustaron los convenios salariales en 2018 y 2019, lo que derivó en recortes de jornales y tres rebajas salariales de 2,5%, 3,5% y 4%.
En 2020, los trabajadores aceptaron laborar un día sin remuneración al mes para aliviar la situación financiera de la cooperativa y evitar mayores pérdidas de empleo. Durante la pandemia, se aplicaron nuevas reducciones salariales y recortes de horas. En marzo de 2021, ALTRAC presentó un pedido de ayuda al presidente de la República durante su visita al aeropuerto de Carmelo, buscando apoyo estatal para el sostenimiento de la industria.
El documento menciona que, en enero de 2022, Calcar cerró la planta de Carmelo tras el anuncio de un proyecto quesero que no se concretó. Un año después, en enero de 2023, el Parlamento aprobó la Ley N.º 20.112, que estableció el Fondo de Reconversión de Industrias Lácteas, lo que dio lugar a una reestructuración operativa en la cooperativa. Como consecuencia, más de un centenar de familias debieron buscar otras alternativas laborales, quedando solo una planta en funcionamiento.
El impacto de estos cambios ha sido significativo: la producción ha caído de 300.000 litros de leche diarios a poco más de 100.000, mientras que la plantilla de trabajadores activos se redujo de más de 300 a 105 en la actualidad.
ALTRAC reconoce el apoyo de diversas organizaciones y actores que han colaborado en la continuidad de la cooperativa, entre ellos la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, la Intendencia y la Junta Departamental de Colonia, así como representantes del departamento. Asimismo, el sindicato agradece a la comunidad y a los consumidores que han respaldado los productos de la marca, destacando el compromiso de los productores que continúan enviando leche a la planta.
El sindicato concluye reafirmando su compromiso de lucha por condiciones laborales dignas y por la continuidad de la producción, en una empresa que ha sido parte del sector lácteo por más de cuatro décadas.
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