El discurso de Yamandú Orsi ante la Asamblea General, con motivo de la asunción presidencial en Uruguay, dejó numerosos puntos de análisis político. Entre sus líneas, el presidente enfatizó la economía, la seguridad, la pobreza y la búsqueda de desaparecidos durante la dictadura. Asimismo, hizo un reconocimiento explícito a figuras políticas relevantes en la reconstrucción de la democracia. Sin embargo, la ausencia del general Líber Seregni en su relato no pasó desapercibida, especialmente en el marco de los 40 años de la restauración democrática en el país.
El politólogo Óscar Bottinelli, quien fue secretario político de Seregni, advirtió en la cobertura de VTV que el fundador del Frente Amplio fue una pieza fundamental en la transición democrática y que su omisión en el discurso presidencial es un «detalle significativo». Esto abrió un debate profundo sobre el lugar de Seregni en la memoria colectiva del Frente Amplio, la fuerza política que él mismo forjó y que llevó al gobierno en cuatro ocasiones.
Seregni y la restauración democrática
La dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985) dejó un país profundamente fracturado. Líber Seregni, quien enfrentó la cárcel, la persecución y la censura, emergió como un articulador esencial en la transición democrática. Su rol fue crucial no solo en la reorganización de la izquierda proscrita, sino también en la construcción de puentes con sectores moderados y con actores clave del sistema político, incluido el Partido Colorado y sectores blancos.
Fue Seregni quien, con su postura conciliadora pero firme, apostó por una salida negociada en lugar de una ruptura abrupta, permitiendo que el 1° de marzo de 1985, Julio María Sanguinetti asumiera la presidencia en un contexto de estabilidad institucional. Sin ese proceso liderado en gran parte por él, la transición habría sido más incierta y posiblemente más conflictiva.
En ese sentido, la ausencia de su nombre en un discurso que conmemoraba cuatro décadas de democracia ininterrumpida resulta llamativa. No se trata solo de un olvido casual, sino de un gesto que puede interpretarse como un síntoma de una transformación interna del Frente Amplio y de su narrativa sobre su propia historia.
El Frente Amplio y su relación con Seregni: una memoria selectiva
El periodista Gabriel Pereyra introdujo un interrogante relevante en el análisis de Bottinelli: ¿cómo desapareció Seregni de la liturgia frenteamplista? La pregunta pone en evidencia un fenómeno que lleva años gestándose dentro del Frente Amplio, donde el peso de ciertas figuras ha sido relegado en función de una nueva construcción simbólica de la fuerza política.
Si bien en su momento el Frente Amplio reivindicó a Seregni como un líder indiscutido, con el tiempo su figura ha sido menos mencionada en los discursos de sus principales dirigentes. En parte, esto puede deberse a que la izquierda uruguaya ha evolucionado hacia un modelo más pragmático y menos dependiente de sus raíces fundacionales. Con la consolidación de liderazgos como José Mujica, Tabaré Vázquez y Danilo Astori, la historia reciente del FA ha priorizado otros nombres en su relato institucional.
No obstante, es indiscutible que, sin la resistencia y el liderazgo de Seregni, el Frente Amplio no habría sobrevivido a los años de dictadura ni habría llegado fortalecido a la apertura democrática. Como bien señaló Bottinelli, la coalición estuvo a punto de naufragar en aquellos años oscuros, y su permanencia se debió, en gran parte, al esfuerzo de su líder encarcelado.
¿Estrategia política o simple omisión?
A partir de este episodio, surgen dos posibles lecturas. La primera es que la omisión de Seregni en el discurso de Orsi fue un descuido involuntario, sin un trasfondo político deliberado. En un discurso de 25 minutos cargado de definiciones económicas y sociales, el presidente pudo haber priorizado nombres más cercanos a la institucionalidad reciente, como Alejandro Atchugarry, sin la intención de desdibujar el papel del general.
La segunda interpretación, más profunda, es que la ausencia de Seregni responde a una decisión política, enmarcada en una nueva lógica de construcción discursiva dentro del Frente Amplio. En un contexto donde la izquierda uruguaya busca consolidar un perfil renovado para futuras elecciones, es posible que la evocación de sus figuras fundacionales ya no tenga el mismo peso simbólico que en el pasado.
Si esto fuera cierto, el olvido de Seregni podría ser una señal de cómo el Frente Amplio quiere narrar su propia historia en el futuro, dejando atrás la etapa de la resistencia para enfocarse en la gestión de gobierno y en la consolidación de una identidad más pragmática.
La importancia de la memoria política
Independientemente de la intencionalidad detrás de la omisión de Seregni en el discurso de Orsi, el episodio pone sobre la mesa la importancia de la memoria política y de cómo los partidos reconstruyen su propia historia en cada etapa.
El Frente Amplio enfrenta hoy el desafío de equilibrar su legado histórico con la necesidad de proyectarse hacia el futuro. En ese proceso, la figura de Seregni sigue siendo un referente fundamental, y su exclusión de los discursos institucionales no solo llama la atención, sino que abre un debate sobre la identidad y el rumbo de la izquierda uruguaya en las próximas décadas.
Comentarios