En el marco de la nueva política de cielos abiertos aprobada por el gobierno saliente, el Aeropuerto de Carmelo se perfila como una de las terminales con mayor potencial para la expansión de la conectividad aérea en el interior del país. La reciente flexibilización de regulaciones busca modernizar la aviación civil, eliminar barreras burocráticas y fomentar la llegada de más aerolíneas y rutas, con el objetivo de dinamizar la economía y el turismo.
El decreto, firmado por el expresidente Luis Lacalle Pou, otorga mayor libertad operativa a las aerolíneas nacionales e internacionales, permitiendo el uso de aeronaves con matrícula extranjera y la participación de personal foráneo en actividades aeronáuticas dentro del país. Esta medida se enmarca en el fortalecimiento del Sistema Nacional de Aeropuertos Internacionales de Uruguay, del cual forma parte el Aeropuerto de Carmelo junto con las terminales de Carrasco, Durazno, Melo, Paysandú, Punta del Este, Rivera y Salto.
Un aeropuerto con vocación turística y regional
Ubicado en una de las regiones más atractivas de Uruguay, el Aeropuerto de Carmelo tiene un perfil estratégico en la nueva política aérea. Su proximidad a la frontera con Argentina y su vinculación con el turismo de alto nivel en la zona del litoral, caracterizada por viñedos, estancias y circuitos náuticos, lo convierten en un punto de conexión clave para vuelos privados, comerciales y turísticos.
A diferencia de los aeropuertos de Carrasco y Punta del Este, que concentran la mayor parte del tráfico aéreo del país, Carmelo y otras terminales del interior han sido objeto de un proceso de remodelación con el fin de mejorar su infraestructura y atraer más operaciones. La apuesta es convertir estas terminales en nodos de conectividad regional, facilitando la llegada de vuelos desde Buenos Aires y otras ciudades del Mercosur.
Un impulso para el desarrollo local
Con la flexibilización de las normativas aeronáuticas, se espera que el Aeropuerto de Carmelo se convierta en una pieza fundamental del desarrollo turístico y económico de la región. La apertura a aerolíneas extranjeras y la simplificación de los permisos para operar aeronaves con matrícula internacional podrían generar nuevas oportunidades de inversión y empleo, dinamizando el sector de la aviación privada y comercial.
El desafío ahora es consolidar este crecimiento con infraestructura adecuada y servicios que respondan a la demanda de un mercado cada vez más dinámico. Con la mirada puesta en el futuro, Carmelo tiene el potencial de convertirse en un hub aéreo estratégico para la conectividad entre Uruguay y el resto de la región.