Montevideo, 17 mar (EFE).- Convocado por la Confraternidad Judeo-Cristiana del país, el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, asistió este lunes a una ceremonia interreligiosa en la que referentes del judaísmo y el cristianismo oraron porque el Gobierno entrante «mejore la sociedad».
El mandatario de Uruguay, un país considerado el más laico de su región, pues el Estado se separó de la Iglesia católica en 1918, arribó a la Catedral Metropolitana de Montevideo, donde, acompañado del prosecretario de la Presidencia, Jorge Díaz, y del canciller, Mario Lubetkin, fue recibido por el arzobispo capitalino, el cardenal Daniel Sturla.
Una vez que llegó frente al altar, donde esperaban el rabino de la Nueva Congregación Israelita, Daniel Dolinsky, el pastor de la Congregación Evangélica Alemana de Montevideo, Jerónimo Granados y el obispo del departamento de Canelones, Heriberto Bodeant, se ubicó en el frente para la ceremonia.
Tras la actuación de un coro y la lectura de un pasaje del Libro de los Reyes referido a Salomón, los cuatro referentes religiosos brindaron intervenciones con alusiones a historias bíblicas en las que, como conclusión, desearon que el gobierno del izquierdista Orsi sepa distinguir «el bien del mal» y «mejore la sociedad».
A la salida de la ceremonia, que terminó con la convocatoria de Sturla para que el mandatario encendiera una vela en el altar, dispuesta para «iluminar» a los gobernantes del país, Orsi calificó el encuentro como «un muy buen regalo».
«Fue un muy buen regalo, porque las oraciones u homilías fueron un mensaje muy fuerte de esperanza. Si bien es cierto que cargados de una fe y una religiosidad importante, también (fueron) mensajes muy concretos para alguien que, como es mi caso, se tiene que hacer cargo nada menos que del gobierno de un país», valoró.
En tanto añadió que las intervenciones de los responsables de cada una de las iglesias tuvo que ver «con la responsabilidad de entender que hay un pueblo que necesita» que el Gobierno «le mejore la vida» o «haga lo posible para que su vida sea mejor», dijo que los mensajes fueron «de mucho sentido común y mucha visión compartida».
«Estoy dispuesto a seguir conversando con todos los credos y con todo ese Uruguay que cree, que tiene fe y que lo mueve unas espiritualidades que vale la pena siempre tener en cuenta», redondeó.
El 2 de marzo de 2020, tras su investidura, el entrante presidente Luis Lacalle Pou (2020-2025) y autoridades de su administración acudieron a la Catedral a rezar «por la patria» y bendecir su Gobierno en una ceremonia criticada por voces de la entonces coalición opositora Frente Amplio -hoy oficialista- por dañar la laicidad del país.