En el departamento de Colonia, una serie de estafas con distintos matices han encendido las alertas de las autoridades y generado preocupación en la población. Con el uso de métodos cada vez más sofisticados, los estafadores han logrado despojar de sumas significativas de dinero a sus víctimas, aprovechándose de la confianza y, en algunos casos, del temor inducido.
El pasado 17 de marzo, en la Seccional Séptima de Real de San Carlos, una ciudadana denunció haber sido víctima de una estafa mediante WhatsApp. Según su relato, contactó con un hombre que ofrecía servicios de instalación de cámaras de seguridad y sistemas de alarma. Convencida de la veracidad del ofrecimiento, le giró U$S 320 para asegurar el servicio. Sin embargo, el hombre nunca se presentó a realizar el trabajo y, tras varios intentos de comunicación, la víctima constató que había sido bloqueada. Ahora, los investigadores de la Zona Operacional N.º I analizan la información para dar con el responsable.
Ese mismo día, en la Seccional Decimocuarta de Tarariras, una mujer de 80 años fue víctima de un engaño aún más elaborado. Recibió una llamada de alguien que, con voz impostada, se hizo pasar por su nieto. Con tono urgente y alarmante, el falso familiar le advirtió que debía retirar la mayor cantidad de dinero posible mediante préstamos, ya que, de no hacerlo, le suspenderían la jubilación por cinco años. Desesperada y sin dudar de la autenticidad del llamado, la mujer realizó las gestiones financieras necesarias y entregó $ 319.000 en efectivo a un hombre, tal como se lo había indicado el supuesto nieto.
Los efectivos de la seccional están reuniendo evidencias para dar con los responsables de esta maniobra, una modalidad de estafa que ha ido en aumento en todo el país. El abuso de la confianza y el uso de tácticas de manipulación psicológica convierten estos delitos en un flagelo difícil de combatir.
Las autoridades exhortan a la población a mantenerse alerta y desconfiar de comunicaciones inesperadas, especialmente aquellas que impliquen transferencias de dinero o decisiones financieras apresuradas. En un mundo cada vez más digitalizado, la prudencia y la verificación de la información son las mejores herramientas para no caer en las redes del engaño.
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