Osaka (Japón), 11 abr (EFE).- Construido con materiales sostenibles y rodeado de pantallas que proporcionan una experiencia inmersiva, el pabellón uruguayo en la Exposición Universal de Osaka busca acercar Uruguay a Japón, pese a los muchos kilómetros que los separan.
«Para nosotros es muy importante (la participación), dada la posibilidad de transmitir a Japón y a una región que supone una parte importante de la población mundial qué es lo que el Uruguay ha venido desarrollando en los últimos años, que lo ha convertido en una democracia estable, con poder adquisitivo y estabilidad», explicó a EFE el comisario del pabellón uruguayo, Benjamín Liberoff.
Liberoff destacó los 100 años de cooperación que unen a Montevideo y Tokio y las diferentes áreas de intercambio en investigación, cultura y comercio, este último cifrado en 90 millones de dólares en ambas direcciones.
La industria forestal y cárnica, pero también la cultura, la música, el tango, sus carnavales -unos de los más largos del mundo- o el fútbol formarán parte de la apuesta uruguaya para esta Expo.
El día nacional del país se celebra en la Expo el 17 de julio, con participación gubernamental y también con la actuación del músico uruguayo Hugo Fattoruso, además de una degustación de productos uruguayos, con carne, vino y aceite de oliva.
«Tenemos en el área de las ciencias de salud una experiencia que es importante y que se puede desarrollar con Japón, también en tecnología médica», señaló Liberoff como áreas donde se puede incrementar la cooperación.
Puso como ejemplos también la industria de los videojuegos, la fibra óptica, la trazabilidad en la carne, la producción de aceitunas y aceite de oliva, el diseño de moda en lana para los nichos de mercado más importantes y el Plan Ceibal, con el que el país latinoamericano puso en práctica el programa One Laptop Per Child (Un portátil por niño).
La Expo de Osaka se celebrará entre el 13 de abril y el 13 de octubre de 2025 en Yumeshima, una isla artificial construida en los años 90 en la bahía occidental de la ciudad del oeste nipón, como parte de un plan de renovación urbana.
Participan en ella 158 países y siete organizaciones internacionales, con una propuesta que combina tecnología, diseño, arte y gastronomía tradicional japonesa.
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