El pasado domingo 24, el Frente Amplio realizó sus elecciones internas. Como desde 2004, la coalición de izquierdas convocó a sus adherentes (podían votar toda persona con 14 años o más, si se afiliaba al FA) para elegir Presidente y Plenario a nivel nacional y departamental, así como las autoridades de los comités de base. Hubo 92.000 votantes en todo el país.
La competencia que generó más interés en los medios, fue la de los 4 candidatos -todos hombres, luego de fracasar una candidatura femenina de militantes independientes- a Presidente del FA, pues era una pulseada entre los partidos y sectores orgánicos con vistas al futuro cercano. El Plenario Nacional (176 miembros) es el que aprobará el Programa y los candidatos presidenciales para las elecciones de 2019.
Ellos fueron: el presidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Sánchez (36), integrante del MPP del expresidente Mujica; el abogado de DD.HH. Javier Miranda (52) apoyado por el FLS, Astorismo y PS; el médico y exlegislador José Bayardi (61) de la Vertiente Artiguista e Izquierda Abierta, y el exsenador y vicecanciller Roberto Conde (63), promovido por el PCU y otros grupos. Los resultados oficiales y la distribución de cargos se conocerán en setiembre.
¿Qué otra cosa se jugaba el domingo 24? Lo dijo Conde: “si hay menos de 70.000 votos, ingresaremos a una zona de riesgo”. Es decir, una votación por debajo de esta cifra estaría indicando una caída significativa en la intención de voto del FA, a 3 años de las elecciones internas de los partidos y las nacionales (junio y octubre de 2019, respectivamente).
Así, los 92.000 votos obtenidos, fueron recibidos con alivio y hasta con una “moderada alegría” por los dirigentes de los sectores participantes. Otros -los que no salieron en la foto- lo vieron como una confirmación que el militante de a pie no se siente representado y que el “FA se ha alejado de sus bases”. Durante la campaña, algunas figuras de peso como el publicista Esteban Valenti (exastorista) llamaron a la abstención.
Pero, ¿pueden tomarse estas elecciones como un termómetro de la eventual votación en 2019? Pienso que no. En primer lugar porque falta demasiado tiempo y para entonces muchas cosas pueden variar: las pujas dentro del FA, la situación económica de la gente, el contexto regional e internacional, los temas y los candidatos que puedan tener vigencia dentro de 40 meses.
Vivimos –es obvio decirlo- tiempos vertiginosos, donde todo puede cambiar de un día para otro.
Lo que sí creo confirman estas cifras, es una tendencia de mediano plazo a la participación de la masa ciudadana (los no-militantes) por otros canales que concurrir un frío domingo al comité.
En 2004, votaron 250.000 frenteamplistas; en 2008, 220.000.; en 2012, 170.000. Los 92.000 de este año, representan un 54 % con respecto a 2012, y solamente un 7.5 % de los 1.226.000 votos del FA en las elecciones nacionales de noviembre (balotaje) de 2014.
Los tiempos de la política digital han llegado para quedarse…