Hay reflexiones que necesariamente debemos meditarla, dejar pasar el barullo, para pensar mejor y pasada la primera tormenta, cuando hay algo de calma decir las cosas de frente y con firma.
Voy a opinar de algunos hechos preocupantes que sucedieron en el último paro de la educación pública en algunas escuelas de Carmelo.
Si quienes integran una institución educativa escolar pública no van a concurrir a clase y el edificio permanecerá cerrado ese día, alguien debería dar la cara.
Estar al frente de una institución representa –ante todo- obligaciones y respeto. De lo primero deben hacerse cargo las autoridades, lo segundo trasciende cualquier espacio que podamos imaginar. Es sentido común. Es ubicación. Es priorizar lo más importante que son los niños.
De lo contrario se formaliza, a partir de ahora, la disolución de las responsabilidades. No hay lugar institucional para conocer los motivos que llevan a la Escuela estar cerrada, sin ningún aviso, cartel, identificación y menos llamado a los padres; convirtiendo así ese espacio en un No Lugar.
En un “No Lugar” nadie asume responsabilidades ni da explicaciones.
En un “No Lugar” nadie es autoridad.
En un “No Lugar” no existen posibilidades de diálogo, de querer saber o querer comprender.
Luego vienen los discursos, las verdades absolutas, las miradas corporativas, y volvemos a olvidarnos de lo importante.
Que los integrantes de una institución educativa hayan realizado un paro es un derecho. Una obligación debería haber sido -por ejemplo- dar la cara y explicar los motivos a una parte de ese sistema, que son los padres, quienes confían en la educación pública y depositan allí la confianza en parte del proceso de construcción de los intangibles más preciados que puede considerar un ser humano: la dignidad, los valores, la ética y la moral.
El día del paro muchas escuelas permanecieron cerradas sin dar explicaciones. Hubo otras que tuvieron la delicadeza de colocar un cartel anunciando la situación.
Les escribo a quienes cerraron las puertas de la Escuela Pública y no se molestaron en anunciar la medida a los padres, quienes nos enteramos a través de comentarios de vecinos o por los medios de prensa.
A ellos les digo que eso no se hace. Que es una vergüenza.
Para enfrentar una lucha justa hay que dar la cara. No se trata de ustedes y nosotros. En este lío estamos todos. No está bueno que nos cierren la puerta en la cara y ni siquiera la Dirección diga algo.
¿Dónde está la educación?