Por Prof. José Luis Pittamiglio – Edil Departamental Partido Socialista (FA) |
El actual intendente Moreira (Partido Nacional) tomó una decisión drástica el mismo día que asumió su cargo: investigar al ex intendente Zimmer (Partido Nacional). Suena sensata la decisión, más que nada si se tiene en cuenta que la gestión del anterior intendente fue -por decirlo de una manera benévola- desprolija.
Por eso es que Moreira contrata a la PricewaterhouseCoopers y le encarga la realización de una auditoría, cuyos resultados parciales se conocieron en estas últimas semanas, tras una espera demasiado larga. Resultados parciales, digo, porque aun queda todo el aspecto financiero por develarse. De todos modos, el informe de la Price es absolutamente elocuente: durante los años de la dupla Zimmer-Manitto en la Intendencia de Colonia pasó de todo.
Enumeremos algunas de las irregularidades encontradas por la empresa consultora y otras que parecen ser un poco más que irregularidades: seguramente un Juez tendrá que resolver si se trata de delitos o no. Horas extras pagadas a algunos funcionarios sin que se explique el motivo y sin que hay registro de que esos funcionarios hayan hecho algo productivo en esas horas extras. Es decir que los colonienses pagamos miles de pesos en horas extras a algunos funcionarios (esos que mantienen abiertos los clubes del Partido Nacional en las campañas electorales) y nos quedamos con la sospecha de que nunca las trabajaron, aunque por supuesto que las cobraron.
Ocurría algo parecido con el pago de viáticos y compensaciones: algunos funcionarios municipales cobraron sistemáticamente estos beneficios durante los dos períodos de Zimmer-Manitto, mientras que otros funcionarios nunca recibieron un peso extra. Algunos cobraron viáticos sin moverse de su pueblo. Otros cobraron compensaciones por hacer el trabajo de siempre.
Todo esto está reglamentado en un país como el nuestro: para pagar horas extra o para pagar compensaciones e incluso para declarar que una tarea es insalubre, hay que cumplir con ciertos requisitos que la Ley reglamenta con absoluta claridad. El lector se imaginará que la dupla Zimmer-Manitto no se preocupó por esos detalles y repartió plata a diestra y siniestra entre algunos funcionarios. Plata de nosotros, obvio.
A esto le sumamos el larguísimo capítulo de las empresas contratadas por la Dirección de Obras, que siempre eran las mismas dos empresas que se alternaban para hacer todas las obras de la Intendencia. Siempre daba la casualidad de que la Intendencia solicitaba una ampliación de la obra al 100%, lo que significa que esas dos empresas terminaban cobrando el doble del dinero que se había acordado inicialmente. Siempre los mismos dos. Hay empresarios del departamento que aseguran que hace tiempo dejaron de presentarse a los llamados de la Intendencia porque se aburrieron de llenar papeles y formularios cuando el resultado ya era conocido: si no ganaba Seritex, ganaba Ramón Alvarez. Y si no ganaba Ramón Alvarez, ganaba Seritex. Una para vos, otra para mi. Como deshojando una margarita, la Intendencia de Colonia repartió durante años grandes cantidades de dinero entre los amigos. Me quiere, no me quiere, esta para vos, la que viene es para el otro. El dinero era de nosotros.