Doloreña escribe sentida carta en las redes sociales que se viraliza

Dolores en la cámara de Carmelo Portal, el día después.

Vecina de Dolores publica carta en las redes sociales sentida carta donde menciona el tornado sufrido por esa comunidad y cómo volvieron a realizar la fiesta de la Primavera.

 

«Me contaron de una ciudad pequeña que difícilmente aparece en algún mapa. Un pueblo con historia, con virtudes y miserias. Dolores, la cuidad que un 15 de abril hizo honor a su nombre. Ese día, Dolores, dolió.

Me contaron que aquella tarde un tornado devastó la ciudad, que María se quedó sin casa en lo que demoró en cerrar los ojos y apretar a su chiquito contra su cuerpo con tanta fuerza que pareció quebrar sus huesitos. Que Don Alberto perdió su auto, el que había logrado comprarse cuando se jubiló después de trabajar de sol a sol la mayor parte de su vida. Ana estuvo entre la delgada línea que separa la cordura de la locura cuando llegó corriendo a la escuela en donde estaban sus hijas y la vio en escombros. Juana se tragó la lágrimas y empezó a curar los heridos que llegaban como zombies salidos de una película. Mario no reaccionó hasta unos días después, no lograba entender donde estaba su negocio, el que le daba el sustento de cada día.

¡¿Qué había pasado?!
Otros lloraban la pérdida de un ser querido, otros caminaban sin rumbo, aquellos gritos y llantos de desesperación fueron debilitándose con el paso de las horas y las miradas lo decían todo. Así me contaron mil historias, una más angustiante que la otra. Cuántas Marías, Juanas y Albertos tienen historias de ese día y aún no se animan ni siquiera a revivirla contándola. Dolores dolía en el alma, aún duele.

Pero como en toda historia contada el sol volvió a salir, las ayudas llegaron de todos lados, hubo héroes y heroínas algunos con nombre, otros anónimos. Y también hubo tiranos. La Ciudad estaba de rodillas y sus habitantes se sumergían cada amanecer en la desesperación. Otros ponían garras y se cargaban el pueblo al hombro. Aparecieron las críticas, los desacuerdos, lo que estaba bien y lo que estaba mal, el ego les había vuelto a ganar y seguramente tenían razón, pero se estaban alejando de aquella promesa que cada Doloreño había pactado aquel 15 de abril: JUNTOS PODEMOS.

Pasaron los meses y pequeños rayos de luz asomaban a la ciudad poco a poco, quizás demasiado lento Dolores empezaba a caminar hacia adelante. Pero algo faltaba algo que hiciera que las pupilas de 3 generaciones no pudieran contener las lágrimas, algo que les anudara la garganta. Faltaba algo, Dolores necesitaba ese algo… algo que yo como relator de esta historia no se explicarles.

Y llegó octubre y este pueblo festeja como ninguno la primavera, pero este año no, imposible, ¿qué iban a festejar?, ¿Con qué dinero, ¿Con qué sentido? No había manera posible. Ahora, ¿qué me dirían ustedes si yo les cuento que hubo unos cuantos locos atrevidos que dijeron «Sí, se puede»?

Y de la nada aparecieron globos adornando las casas, aún aquellas casas que solo les había quedado en pie una habitación. Y los tradicionales banderines coloreaban las calles, ellos lograban darle ese colorido vital que las calles habían perdido.

Dolores parecía florecer al igual que las flores de estación. Y llegó el domingo y el pueblo se volcó a las calles y los jóvenes tantas veces subestimados lograron encender en cada doloreño la llama sagrada que llevamos dentro.

Con qué descares se vistieron con colores y brillos y empezaron a bailar por las calles, ¡qué osadía que una bailarina de ballet bailara en la calle! ¿A qué loco se le ocurrió desplegar la bandera uruguaya y escribir un cartel que hoy es portada de cientos de muros? Tal vez quien no lo viva no pueda jamás describirlo y quien lo vive creo honestamente que no encuentra las palabras que describan lo que esta ciudad logró: ponerse de pie después de un fatídico tornado, recuperar la alegría a unos pocos meses. Es verdad que las heridas aún siguen abiertas, que queda mucho camino por andar, pero que Dolores le pone garra y corazón, que venga alguien y me lo niegue.»

Laura Herrera
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