El informe al que accedió Carmelo Portal comprende 50 ingresos de actividad de monitoreo desarrollado por CARU, entre junio de 2011 y julio de 2015, acompañando a la SAER (Secretaría de Ambiente de Entre Ríos), quien como autoridad de aplicación es la responsable de la toma de muestras y de la operación del instrumental para las determinaciones en sitio. Incluye mediciones en sitio y las valoraciones analíticas de múltiples parámetros realizados sobre las muestras recogidas en cada ocasión.
Los estudios revelan que en la amplia mayoría de los análisis, los valores estuvieron dentro de la normativa, según un resumen divulgado este miércoles por la cancillería uruguaya.
Los análisis fueron realizados mayormente en laboratorios canadienses debidamente acreditados en parámetros de calidad de aguas y efluentes, y algunos (por razones de tiempo de conservación de las muestras) realizados en laboratorios argentinos y uruguayos, todos según técnicas y metodologías analíticas internacionalmente aceptadas. Todos los resultados informados han sido convalidados por el Comité Científico, siguiendo instructivos definidos en atención a criterios y normas internacionales.
El informe establece que en tres ocasiones de los monitoreos realizados (agosto de 2011, marzo y diciembre de 2014) la carga diaria vertida de fósforo «resultó superior al valor establecido por la normativa como máximo para la carga promedio mensual».
Además se agrega que en «varias ocasiones» previo a mayo de 2014 se encontró en el canal de salida del efluente material sólido, pero luego explican que tras la colocación de rejas a la salida de los clarificadores secundarios —de carácter móvil en mayo de 2014 y permanente a partir de agosto del mismo año— no se registró nuevamente la presencia de esos materiales.