Por Prof.José Luis Pittamiglio (Frente Amplio)
Finalmente la Junta Departamental de Colonia dio paso a la Justicia a la denuncia sobre presuntas irregularidades en la venta de la camioneta Toyota. El hecho se había hecho público cuando hace exactamente un año, tres ediles del Partido Socialista habíamos comunicado a la Justicia los antecedentes del caso. Un año después, la Intendencia de Colonia y el Tribunal de Cuentas resuelven seguir el mismo camino, luego de investigar los hechos. Anoche la Junta Departamental, luego de analizar los informes de sus comisiones de Hacienda y de Legislación, también resolvió enviar todos los antecedentes a la Justicia.
El hecho es tan conocido que a estas alturas no sé si vale la pena volver a relatarlo: unos días antes de dejar su cargo como Intendente de Colonia, Walter Zimmer y Pablo Manitto (secretario general de la IC), firman un poder a nombre de una funcionaria de la Toyota. Mediante el poder, los dos altos funcionarios municipales le otorgan a esa persona la potestad de negociar la camioneta Toyota propiedad de la Intendencia de Colonia, o sea nuestra. Unos días después de que Moreira asumiera como Intendente, el ex intendente Zimmer le compra la camioneta a la Intendencia, representada por la funcionaria de Toyota.
Es decir que una empleada de la Toyota, a nombre de la Intendencia, le vende a Zimmer una camioneta Toyota que Zimmer puso a la venta cuando era Intendente. Parece un trabalenguas, no?
Hay dos presuntas irregularidades obvias en esta transacción. La primera: una vez que Zimmer dejó de ser Intendente, la funcionaria de la Toyota ya no debería haber actuado en nombre de la Intendencia, por la sencilla razón de que el Intendente ya era otro. La segunda: nadie se enteró de que la camioneta estaba en venta; el único que lo sabía era Zimmer, que la puso en venta y la compró él mismo.
No se trata de un hecho aislado: durante los diez años de mandato del anterior intendente hubo manejos de todo tipo. Contrataciones irregulares, compras a los comercios amigos, empresarios que siempre ganaban las licitaciones, empresas que en lugar de cobrar con dinero, cobraban con cantidades industriales de asfalto. La lista es larga y tediosa. Lo de la camioneta es un eslabón más, de la larga cadena de irregularidades cometidas durante los diez años del doctor Zimmer al frente de la Intendencia. Ni hablemos de las razones que lo llevaron a la cárcel, junto con su Director de Hacienda.
Se acostumbraron a la impunidad y el entorno que los rodeaba les permitía esa impunidad. El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.
Hace un año, los socialistas corrimos el riesgo de hacer llegar toda esta documentación a la Justicia. Tuvimos un año de soledad, hasta que ahora la Intendente, el Tribunal de Cuentas y la Junta Departamental se suman. Bienvenidos sean, si después de todo esto se empiezan a destapar algunas ollas que huelen realmente mal desde hace demasiado tiempo.