Por José Luis Pittamiglio
El pasado jueves 24 de Noviembre, el Intendente Moreira hizo llegar a la Junta Departamental un documento en el cual aporta datos sobre la deuda que la Intendencia tiene con la empresa Ramón Álvarez y propone una forma de pagar dicha deuda. Dice Moreira que existe una deuda de 52 millones de pesos por trabajos realizados (algo menos de dos millones de dólares) y otros 45 millones por compromisos pendientes de ejecución (un millón 600 mil dólares). Estos últimos compromisos «pendientes de ejecución», supongo yo que significa que existe algún tipo de documento por el cual la Intendencia se comprometió a realizar los trabajos y supongamos también que ya está acordado el precio y no hay posibilidad de modificarlo. En total son tres millones y medio de dólares que deberíamos pagarle a la empresa. Una parte por obras realizadas y otra por obras que aun no ha hecho. Tanto la deuda como el compromiso surgen de la fiesta zimmerista, obviamente.
Si la deuda es legítima, hay que pagarla. De eso no tengo dudas. La Intendencia de Colonia no puede arriesgarse a perder juicios que le terminen costando más caros que la propia deuda. Por eso desde ya adelanto que mi voto va a estar listo para aprobar una forma de pago que nos cueste lo más barato que sea posible. Pero antes de apurarse a pagar, hay que analizar algunas cosas. Primero lo primero.
Los ediles departamentales no tenemos hasta el día de hoy elementos como para entrar en detalle alguno sobre lo que se le debe a Ramón Álvarez. El intendente Moreira hace 16 meses que asumió y solo nos ha entregado una parte de los resultados de la auditoría que le encargó a la Price Waterhouse and Coopers. Esa parte que entregó tiene elementos más que interesantes y claros sobre el manejo absolutamente desordenado y falto de todo profesionalismo que hizo el ex intendente Zimmer de los dineros de todos nosotros. Manejo muy poco profesional y además muy poco cuidadoso del patrimonio municipal. Nosotros estamos convencidos de que surgen elementos como para hacer llegar a la Justicia varios de los aspectos más oscuros de la gestión de Zimmer y de Manitto, su Secretario General.
Aun estamos esperando el resultado de la auditoría financiera, que el intendente Moreira seguramente tiene en su poder desde hace un tiempo y sin embargo no se la entrega a la Junta. Porque analizando en conjunto las dos partes de la auditoría, van a surgir elementos más que importantes para saber si corresponde crear una Comisión Investigadora en la Junta Departamental (a la cual seguramente el Partido Nacional no se va a negar, teniendo en cuenta el entusiasmo por crear este tipo de comisiones en el Parlamento Nacional). O tal vez lo que surga del estudio de ambas auditorías deba ir directamente a la Justicia, si es que pensamos que existen respondabilidades penales.
Agreguemos un elemento que para mí resulta insólito: el ex intendente Zimmer y su secretario General Pablo Manitto pagaron parte de la deuda con Ramón Álvarez, entregándole asfalto. Cantidades desconocidas y no declaradas de asfalto, que supuestamente pagaron parte de la deuda, aunque no sabemos cuánto. Ni cuánto asfalto ni cuánto valía ese asfalto y ahora en el supuesto arreglo que propone Moreira, nadie habla del asfalto.
Quiero decir con esto que todavía hay mucho que conversar antes de votar una forma de pago de la Intendencia a Ramón Álvarez. Si hay que pagar, lo haremos. Pero no nos saquen apurados a tratar de tapar con una alfombra las maniobras inescrupulosas y poco profesionales de un Intendente como Zimmer que supo ser las dos cosas: inescrupuloso y poco profesional.