Por Elio García /
Un querido ciudadano muy conocido que no puedo nombrar porque ya falleció y es de muy mala prensa nombrar personas que no pueden confirmar sus dichos, me dijo hace muchos años que en Carmelo siempre los que hablaban, salían en los medios, decían cosas, aparecían en cuanta fiesta, homenaje, recepción, celebración se organizara, eran no más de diez personas.
Unas diez personas, un número limitado, que invitaba a buscar otras voces, para no repetir las mismas cosas en boca de los que siempre aparecen o están dispuestos a decir lo mal que se vive o lo bien que se ve, de acuerdo a sus conveniencias.
El distinguido vecino me hablaba ni más ni menos de esos que construyen el relato de la ciudad, piensan por nosotros y dicen e incluso deciden por nosotros. No está mal que existan, pero una sana crítica es poner en crisis -si es necesario- sus afirmaciones, cosa que no se hace para no tener problemas o ser tratado como un ciudadano revoltoso.
Es así entonces que de las cosas buenas y malas que se hablan siempre, todas son conocidas. ¿Por qué persisten?. ¿Por qué para algunos la culpa la identifican hacia los mismos de siempre? Hay muchas lecturas desde las más folclóricas hasta las más aburridas políticas. Aún hoy hay gente que percibe la realidad a través de la pasión de las creencias y es muy respetable.
Creo, sin embargo, que para buscarle respuesta a las cosas necesitamos pensar diferente.
«Think Different», piensa diferente, dijo Steve Jobs.
Si nos preocupa el estado de las calles, la faja costera, los árboles que semana a semana se van perdiendo en las veredas carmelitanas sin reponerlos, las inundaciones, la basura, la calidad de vida de la gente, el aeropuerto,los paseos públicos, la iluminación de los espacios públicos; deberíamos pensar diferente.
Pasan los años y uno olfatea desde este modesto lugar, que la solución no vendrá de los lugares que se critican o se esperan respuestas.
Se necesita un cambio de actitud. Sorprender. Buscar otras voces. Ir hacia lugares diferentes, hacer cosas distintas. Comprometernos y pensar con tiempo. Relativizar las entrevistas de los diez carmelitanos de oro, las que recurrimos por pereza intelectual.
El 9 de enero retomamos todo esto, apagamos la máquina durante una semana para seguir haciendo periodismo.
Ya volvemos con una intención: no repetirnos.