Reflexión de un año más: 2016

Foto: Javier Andrade.

Por Maximiliano García (Salvador Biko) /

Indecisión de un nudo perplejo enroscado en los engranajes mal trechos, de la ley de la selva.

La procreación de la naturaleza, las fuerzas del capricho como cualquier ser vivo acorralado en desiertos, selvas, mares, estepas, glaciares, ríos, arroyos, ciudades, pueblos, comunas. Mundo cruel y egoísta el que hemos creado, fantástico mundo que se ha creado así mismo sin el autoritarismo en el poder del hombre. Hasta los que nos damos cuenta de esto no queremos dejar el confort.

Ciudades como Alepo, nacida alrededor de 1800 años antes de Cristo por hititas, en cinco años la sabiduría, la economía armamentista que corroe nuestra era la ha destruido para enterrar el pasado, ese pasado que en si siempre fue gobernado por una sobrevivencia, por un respeto al día a día. Si es verdad el conformismo no es de ahora, la historia, la evolución, la tierra dice que los más fuertes o más inteligentes de los seres vivos encuentran las guías y caminos y que la vida en cierta forma tiene un régimen.

Pero todos nos equivocamos… he aquí la pausa, he aquí la reflexión de la culpa o mas que la culpa la aceptación del error. Pero como dice el dicho “El que no arriesga no gana” y el problema de errar si lo único que nos dice es que no es de esa manera. El tema es que no es de esa manera. El tema es que el ser humano tiene tantas maneras, pero tantas maneras de errar que ya no sabe si hay una verdad, si algo de todo lo que nos han contado es realidad, si todo es un sueño.

Los otros días hablando de esto con un amigo me planteaba el caso de los presos que esperan para dormir pues es el único momento donde se sienten realmente libres. A ellos el tiempo les pasa más despacio. Hoy por hoy la vida tiene tanto vértigo, tanta opresión que nos olvidamos de soñar, de pensar en uno mismo para compartir lo simple, para compartirse, pues somos solo nosotros y lo que podemos dar pero sin pensar.

Lo que podemos compartir en silencio parece una locura, muchos intentan, muchos lo hacemos eludiendo el mercantilismo del sistema pero tarde o temprano caemos en la red de la que nunca salimos. Muchos, muchísimos escapamos de la realidad en diferentes formas pues todo está a la mano en estas condiciones impuestas.

El tema es que la mayoría solo se hace adicto a esa forma de consumo, no se toma la pausa, los años pasan cada vez más rápido, los mensajes se pierden como millones de agujas en una montaña fría de agujas siendo un vacío, siendo todo un llano. Me viene a la cabeza Orwell y Huxley en los libros “1984” y “Un Mundo Feliz”. Como tan lejos se va viendo el futuro cercano.

Cuando vamos creciendo vamos adquiriendo las mañas del poder, del gobierno ajeno enmarcado en los brillos de la opulencia. Hace unos días el mundo vio como mataban a un embajador con total normalidad, ya no hay ficción ni realidad, podría haber sido tranquilamente una escena de la película de Tarantino “Perros de la Calle”. Llueven bombas y todos vamos sobre el fútbol y sus semidioses todo el año. Realidad virtual. Esperando el aguinaldo para navidad aprovechan para el regalo del tarifazo (y no hablo del porro). Así son las reglas del juego la vida cada vez más colapsada, cada vez más vigilada, más enloquecida por la acumulación de información vana, híbrida que siempre como en toda la era del hombre esconde algo.

Levanto la cabeza de la hoja y encuentro una frase compuesta de dos amigos “La humanidad es un huevo roto” “Pero hacemos tortilla” (Jim y Maka), sonrío. Acá no sabemos como están viviendo la mayoría de personas de este planeta. Nos quejamos pero aún es un paraíso, cada vez más contaminado. Damas y caballeros lo único seguro en la vida es la muerte pero no desperdiciemos la vida…

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