Por Elio García/
De todas las fotos que he visto de Ignacio nunca tuve dudas en elegir la que acompaña esta nota y en recortarla de tal forma que no aparezcan quienes en ese momento posaron junto a él. Pero el brazo que abraza quiero que sepan es de un niño. Y ese espacio vacío que va quedando en la intervención de recorte fotográfico bien podría significar estas horas duras.
Ignacio Susaeta desapareció el 23 de enero de 2015. Hoy hace dos años. Se fue de su casa, rumbo a lo de su novia pero nunca llegó.
El Chevrolet Spark color negro que conducía el joven apareció abandonado a los dos días de su desaparición en una calle de Lagomar, en el estacionamiento de una heladería. Había una carta que nunca se publicó por respeto a la intimidad de Ignacio.
A los pocos días de la desaparición, el caso quedó en silencio y eso dificultó mucho todo, porque en estos temas, en los primeros días, es importante que la opinión pública se apropie de estos casos y eso no sucedió hasta mucho después.
En Maldonado, Paysandú, Río Negro, Salto e incluso Colonia en Playa Fomento hubo indicios de personas que decían haberlo visto, pero nunca se confirmaron.
La semana pasada hablé con Juan Susaeta, el padre de Nacho; también lo hice con el Lic. Robert Parrado que trabajó en el caso y aún lo hace. De tantas curiosidades y enigmas que tiene este episodio hay uno muy fuerte: Ignacio se ausentó el mismo día del cumpleaños de su padre.
En casi media hora de charla le pregunté a Juan cómo lo podría reconocer hoy si alguien lo viera en la calle y me dijo que por los ojos.
Me hizo acordar a un libro de Karl Ove en donde este escritor manifiesta que lo único que no envejece de la cara en una persona son los ojos. Son igual de claros el día que nacemos que cuando envejecemos.
Los ojos de José Ignacio Susaeta son dos faros que de mirarlos no logramos desentrañar el quién sabe dónde.
Mirándonos fijamente del papel al lector, de la pantalla a quien lo observe, uno quiere saber más.
Pero hoy solo pido eso que miremos la fotografía.
Pasan ahora los minutos, es 23 de enero de 2017. No conozco su mirada ni todas sus expresiones pero me siento cerca de José Ignacio Susaeta si en algo ayuda a descubrir la verdad.