El establecimiento de una zona franca y la habilitación de un puerto libre pueden abrir algunas esperanzas, escribió Luis Hierro López en Correo de los Viernes.
Hierro propone » convocar a los interesados a nivel internacional para administrar una zona franca dedicada, por ejemplo, a los negocios del agro y específicamente a la instalación de fábricas de aceite de soja o similares y a la exportación de graneles líquidos y otros productos con valor agregado, permitiría establecer pequeñas industrias competitivas que ofrezcan empleos seguros y bien remunerados. Habría posibilidades de contar rápidamente con proyectos en ese sentido. A la vez, una salida de ese tipo descongestionaría Nueva Palmira, lo que a esta altura es imprescindible.»
El dirigente colorado propone la » declaración de “puerto libre” –esa es la denominación oficial– permitiría intensificar el tráfico hoy muy menguado, a través de barcazas que conectarían con puerto Zárate y con otras estaciones portuarias argentinas. El canal de acceso tiene hoy una profundidad de tres metros y con poca inversión en obras de dragado se podría llevar a cuatro metros, con lo que el puerto sería muy eficiente para operaciones de cabotaje. Si Juan Lacaze es puerto libre, tendría además precios muy accesibles por sus servicios, lo que le permitiría mantener una importante actividad en forma permanente.»
«A la vez, al encontrarse en una zona franca, podrían ingeniarse soluciones concretas para Fanapel, como la exoneración del arancel externo común –hay un cupo de hasta U$S 500 millones por año, pero las empresas que acceden a ese beneficio no lo estarían utilizando en su totalidad–; la exoneración o rebaja sustantiva de las tarifas, ya que esos costos fueron uno de los problemas concretos que provocaron el cierre de la fábrica; y la exoneración permanente o temporaria de la tasa de mercadería que hoy impone la Administración Nacional de Puertos, que es muy alta,» señala.
El político explicó que «en Uruguay hay hoy 11 zonas francas, algunas de las cuales funcionan muy bien y otras más o menos. Además de la que se autorizaría para la tercera planta de celulosa en Paso de los Toros, Juan Lacaze es el único pueblo del país que merece una consideración administrativa y política de esta índole. Por su rica tradición fabril y sindical, los sabaleros pueden responder con inteligencia y con voluntad a un desafío de esta índole, que es parecido al que imaginó el Batllismo cuando instaló la primera zona franca, en 1923, precisamente en Colonia.»