Juan Lacaze busca convertirse en «Ciudad del Conocimiento»

Foto: Richard Paiva

De las dos grandes fábricas de Juan Lacaze, Fanapel cerró en febrero dejando sin empleo a cerca de 300 trabajadores, y la Cooperativa Textil Puerto Sauce (ex Agolan, ex Campomar) que ocupa a menos de 100, atraviesa dificultades para devolver los casi U$S 2,6 millones que le prestó el Fondo para el Desarrollo (Fondes) desde su apertura en octubre de 2014.

Según el libro Juan Lacaze, los textiles de Puerto Sauce. Memorias de trabajadores (1930-2015) de Francisco Abella, a fines de la década de 1970 Campomar y Soulas tenía 1.987 empleados. En Agolan, el emprendimiento que le sucedió en 1994 llegaron a trabajar 320 personas, y en la actual cooperativa textil permanecen 96 operarios. Si «no llegase a prosperar, posiblemente caerán las banderas que defienden la producción nacional de tejidos cardados», reflexiona Abella. «Si eso finalmente ocurriera, ese saber hacer que ha definido la vida laboral de la ciudad se transformaría en un recuerdo». Por su parte Fanapel, hace seis años garantizaba 1.080 puestos de empleo entre directos e indirectos.

En este marco el Plenario Sindical –integrado entre otros por el Centro Unión Obreros Papeleros y Celulosa (Cuopyc)-, organizó este jueves una asamblea por Trabajo y Desarrollo a la que invitó a representantes de la Universidad de la República (Udelar). Acudieron también el intendente de Colonia, Carlos Moreira, el dirigente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, el presidente de la Junta Departamental, Mario Colman, el director del Instituto nacional de empleo y formación profesional (Inefop), Eduardo Pereyra, y el dirigente departamental de la central obrera, Carlos Fernández. Entre los anfitriones estaban el alcalde Darío Brugman y el gerente de la Agencia de Desarrollo Económico (ADE) de Juan Lacaze, Martín de Freitas.

En la mitad de la mesa, los organizadores dejaron tres sillas vacías para expresar su fastidio por la ausencia de representantes del gobierno que, no obstante, habían anunciado que llegarían a la ciudad a las 17 horas. Ello se concretó finalmente con la visita del presidente Tabaré Vázquez, los ministros Danilo Astori, Carolina Cosse, Víctor Rossi, Ernesto Murro, y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, para informar una serie de medidas de reactivación de la ciudad. El presidente anunció que los trabajadores de Fanapel y de sus empresas tercerizadas tendrán derecho a seguro de paro por un año, y que se desarrollarán planes de capacitación y de apoyo técnico para pequeños emprendedores. Además, se impulsará el desarrollo de un polo logístico en el puerto libre y se potenciará el parque industrial existente, lo cual demandará una nueva normativa. Vázquez dijo también que habrá apoyo financiero del Fondes para emprendimientos locales, y pidió crear una comisión con representantes de la ciudad y del gobierno a fin de realizar un seguimiento de las medidas anunciadas y de las posibilidades de instalación de nuevas empresas.

El parque industrial impulsado por las fuerzas vivas de Juan Lacaze tras el cierre de Campomar en 1993, fue defendido en la asamblea de la mañana por Martín de Freitas (ADE) como una ventaja también para los organismos recaudadores y de control que «tienen a todas las empresas juntas: Para el Estado es una papa», resumió. En la comparecencia de la tarde la ministra de Industria, Carolina Cosse, anunció que habrá cambios en la Ley de Parques Industriales para que el de Juan Lacaze pueda recibir más empresas de distintos rubros, por ejemplo, de software. Respecto de la capacitación el director de Inefop adelantó en la mañana un plan de acciones: un fondo rotatorio, al estilo del que se creó tras el tornado de Dolores, para la compra de herramientas, equipamientos e insumos según proyectos, una batería de 15 cursos, diez asistencias técnicas para el apoyo de nuevos proyectos, y el financiamiento de una investigación con la Udelar u otros actores. También el reforzamiento a partir de abril de los equipos técnicos que asesoran a las personas que buscan trabajo y/o capacitación en la ciudad.

Qué talento humano tiene Juan Lacaze

«Venimos a escuchar, y con espíritu de aporte», adelantó Mariana Mendy del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio (SCEAM) de la Universidad de la República. Mendy viajó junto a la también integrante de la unidad académica del SCEAM, Silvia Morales. «Hay muchos horizontes temporales –corto, mediano, largo plazo-, y es una situación muy compleja», recordó. Las demandas «provienen de ustedes y hay que construirlas: No nos parece adecuado decir: “hay que hacer determinadas cosas”. Nos parece importante conocer algunos pisos desde los que se parte». Como posible aporte adelantó la determinación de cuáles son las capacidades profesionales que pueden servir de base para futuros desarrollos y no solo de los ex trabajadores de Fanapel: «Capaz que podemos hacer una contribución definiendo qué talento humano tiene Juan Lacaze para afrontar estos nuevos desafíos».

El alcalde Darío Brugman informó que la empresa Efecon pretende unir Puerto Sauce con el puerto de Buenos Aires con un barco de cargas, y que este martes el directorio de la Administración Nacional de Puertos (ANP) sesionó en la ciudad para analizar la modalidad de «puerto libre» y eventuales reformas de sus instalaciones. Además, Brugman se refirió a las posibilidades del «turismo costero», y a la idea de «posicionar a Juan Lacaze como Ciudad del Conocimiento». En este sentido adelantó que están conversando con la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), el Plan Ceibal y algunas dependencias de la Udelar, «buscando crear perspectivas para nuestros jóvenes» con el desarrollo de software, robótica, diseño, audiovisuales, mecatrónica, etc. El proyecto cuenta con la estructura edilicia de la obra salesiana cedida para fines educativos.

Por su parte el intendente Moreira lamentó la pérdida en su ciudad natal, Nueva Helvecia, de 500 puestos de trabajo tras el cierre de Ecolat, y se comprometió a generar inversiones, y a «pensar soluciones para hoy, para el ahora».

De Lamaro a Puerto Sauce

Los jóvenes de 20 y pocos años ni siquiera conocieron la vieja fábrica textil. Son los menos contaminados por el pasado y podrían aportar al porvenir. Entre ellos hay emprendedores e innovadores que hace siete años, cuando aún concurrían al liceo, diseñaron una estación espacial para 1.700 personas bautizada Lamaro, que se ubicaría en una órbita de Marte en 2070. El grupo de 12 jóvenes de Juan Lacaze fue el único latinoamericano que se clasificó para la International Space Settlement Design Competition y concursó con otros 11 equipos de distintas partes del mundo. El diseño implicó tener en cuenta aspectos sociales, psicológicos, biológicos, urbanísticos, tecnológicos y económicos.

El miércoles 8, luego de la marcha por el día internacional de la mujer, la mitad del grupo se reunió en un lugar de Montevideo para compartir unas pizzas y cervezas y pensar en su ciudad natal en clave de colaboración. Emiliano Herrera y Melina Rivoir tienen ahora 24 años: el primero estudia informática, y la segunda se recibió de contadora el año pasado; tres están con 22: Gerónimo Olmando estudia comunicación, Elinés Berazategui, notariado, y Matías Schenck, química; el más joven es Jeremy Tairovich, que tiene 21 años y estudia medicina. Lo primero que aclararon es que el proyecto de 2010, «fue futurista e idealista» según las bases establecidas por los organizadores, y que en este caso «nos enfrentamos a un problema socioeconómico real, que requiere una solución a corto plazo».

Aunque respetan y valoran la tradición industrial de la ciudad, esta situación «nos obliga a pensar en varias opciones. Como grupo de estudiantes que participamos en la creación de Lamaro creemos que una de las cosas más importantes que nos dejó el proyecto es el valor del “trabajo en equipo”: la ciudad debe embarcarse en un trabajo interinstitucional entre sus actores locales y regionales, con el fin de fomentar tres ejes centrales: la cultura, el deporte y el servicio». En el caso del deporte, recuerdan que Juan Lacaze cuenta con «un soporte en infraestructura de instituciones deportivas -Cyssa, Estadio Miguel Campomar, Club Náutico, Club Uruguay, CAI, CAR, Club La Granja, Alas Rojas, etc.-, capaz de albergar competencias o eventos, departamentales y nacionales que supongan una atracción de personas».

Igual que en el caso del deporte, «la ciudad cuenta con infraestructura adecuada para desarrollar de manera más activa la vida cultural -Sala Don Bosco, Biblioteca Rodo, AOT, etc.-, y fomentar la cultura en todas sus expresiones como espectáculos atractivos en la región». Por su parte los servicios «deben ser el centro de los ejes planteados: el deporte y la cultura como atractivo de potenciales clientes, y el servicio como motor económico». Según los integrantes de Lamaro, por la vía de los hechos la cultura de servicios crea fuentes laborales. Esto no solo requiere la coordinación entre los actores locales, «sino que necesita de una fuerte influencia estatal: Acercar y poner a disposición programas del Ministerio de Educación y Cultura, del Ministerio de Turismo, de la Secretaria Nacional de Deporte y del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social». Además, podría requerirse la ayuda de otros organismos como el INEFOP, «a fin de recibir capacitaciones para los ciudadanos, y por su parte, invitar a coordinar con las cámaras empresariales departamentales y nacionales».

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