«Siempre focalizaba en sí mismo y nunca en los demás»
Christian Metz
Esta foto es vieja. De la época que Mujica era Presidente, el resto de los integrantes de los que aparecen son casi todos conocidos. Es en el Parque Anchorena, en la mesa de trabajo hay papeles, dos vasos de agua y una copa que perfectamente puede ser alguna bebida cola.
Miren debajo de la mesa. Hay terrible farol de whisky. Un farol de whisky, para el que no conoce el lunfardo es un vaso de whisky cuyo tamaño es generoso.
Hay muchas hipótesis en por qué justamente el vaso de whisky está en el piso. Algunos me han dicho por la cantidad de papeles, pero veo que incluso encima de unos documentos hay un vaso de agua.
El vaso de whisky en la mesa de trabajo no correspondía y alguien con sentido común lo apartó del escenario y lo escondió entre las patas. Jamás iba pensar que el fotógrafo iba a registrarlo y menos aún que lo iban a publicar.
Pero allí está el vaso de whisky escondido representando la uruguayez en su máxima expresión. Les tocó a los de la foto, pero estoy casi seguro que si sacamos a estos y colocamos otros, me da la impresión que esconderían la imagen incorrecta.
¿Tiene algo de malo tomar un whisky en una reunión? Creo que no. Pero hoy como están las cosas tal vez no quede bien. Uno ya no sabe con tantos controles qué se puede, qué es correcto y qué límites existen en esta sociedad del control absoluto.
Hoy no se puede ser incorrecto. La incorrección está incluso en las palabras y en los gestos. En el consumo. En la actitud. La incorrección está en la forma de pensar las cosas y en cómo la procesamos de no compartir sus correcciones oficiales.
El vaso de whisky escondido representa inexorablemente la verdad, que a pesar de intentar ocultar surge en cada cosa que vemos en lugares mínimos, en pequeñas pavadas o en grandes detalles.
Lo seres humanos no somos lo que parecemos. Eso creo que es casi una sentencia que trasciende fronteras.
Lo que ves muchas veces no es.
A veces nos pueden retar por mirar distinto o incluso insultar, pero nadie me va cambiar la idea que ese vaso de whisky entre las patas lo pusieron ahí para que no se viera en la mesa cuando tomaron la foto.
Y ojo, que todo es discutible, capaz que no había lugar y el alcohol al derramarse podría destruir algún documento importante. Todo es posible.
Incluso para los amigos de la UNASEV acepto que la mayoría de las autoridades tienen chóferes y no conducen con alcohol.
Pero definitivamente sigo pensando que ese whisky entre las patas es una sentencia divina.
Elio García