Por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, como una manera más de llamar la atención sobre la importancia de dicho elemento y fomentar la gestión sostenible de los recursos de agua dulce.
Cada año, el Día Mundial del Agua subraya un aspecto específico relacionado con dicho elemento. Este año, 2017, trata sobre las aguas residuales (Wastewater), y en ese marco, la Intendencia de Colonia, a través de la Dirección de Medio Ambiente del Departamento de Planificación, Ordenamiento y Vivienda, quiere brindar algunos datos y realizar algunas sugerencias simples para cuidar lo que en breve podría ser un preciado tesoro.
El agua es esencial para la vida, es el componente básico y el fundamento para ella. La supervivencia de todos los seres vivos depende de ella.
Es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Favorece el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, e impacta positivamente en la vida de millones de personas, al intervenir de manera directa en asuntos que refieren a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al Medio Ambiente.
Los recursos hídricos y la variedad de servicios que prestan desempeñan un rol esencial en la sostenibilidad ambiental, en la reducción de la pobreza y en el crecimiento económico.
Sólo un 3% del agua es dulce
El 71% de la superficie de la Tierra está cubierta por agua, y el nuestro es el único planeta del sistema solar en cuya superficie el agua se encuentra en sus tres estados: sólido, líquido y gaseoso.
Ello lleva a pensar a muchas personas que la vida de todas las especies terrestres está garantizada, ya que el agua nunca se va a acabar.
Pero eso es falso.
Porque de ese 71% de agua que cubre el planeta, la mayor parte es agua salada de océanos y mares, no apta para el consumo. Sólo el 3% es potable (dulce), pero sólo un 1% está en estado líquido. El restante 2% se encuentra en estado sólido, en plataformas de hielo en las proximidades de los polos.
Se desprende así, de los porcentajes mencionados, que la cantidad de agua apta para el consumo es muy poca para cubrir satisfactoriamente las demandas de una población que aumenta en forma exponencial.
Sumemos a lo anterior los problemas que provoca el cambio climático (que se estima sea responsable de incrementar un 20% la escasez global del agua), los efectos del calentamiento global que han elevado la temperatura del agua, y la contaminación provocada por múltiples factores, y deberemos asumir que nos encontramos frente a un serio problema de escasez de este recurso vital. El agua dulce es un bien escaso, pero es, además, insustituible. De ahí que su protección y su conservación es esencial para todos los países del mundo y para mantener el equilibro de los ecosistemas.
En consecuencia, es preciso adoptar medidas que cambien esa realidad.
Como cuidar el agua en el hogar o el trabajo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada persona requiere por día entre 50 y 100 litros de agua para cubrir sus necesidades básicas.
Aprender sobre el agua y los problemas actuales y a futuro que provoca su carencia, implica contribuir personalmente a reducir el consumo en nuestros hogares o lugares de trabajo.
Para ello es necesario convertir en hábito algunas pequeñas prácticas que, poco a poco, se convertirán en rutinarias contribuyendo así a salvaguardar el agua potable. Estas son algunas de ellas.
Arreglar las canillas que gotean. Ello no sólo reduce el consumo inadecuado de agua, sino que evita un incremento importante en la factura por consumo de agua potable. Una canilla goteando persistentemente desperdicia casi 50 litros de agua por día.
Tener cuidado de no dejar las canillas abiertas cuando no es necesario sacar agua o cuando nos ausentamos.
Si lavas la vajilla a mano, enjabonarla en la pileta con la canilla cerrada.
Utilizar un balde con agua para lavar tu vehículo, en lugar de la manguera.
Reutilizar el agua que puedas, por ejemplo, aquella con la que lavas las verduras para regar las plantas.
Colocar platos bajo las macetas de tus plantas para recoger el agua sobrante del riego, y luego usarla para regar otras plantas.
Instalar dentro de lo posible inodoros con descarga de agua parcial, y no utilizar innecesariamente la cisterna. Un inodoro con deficiencia en la válvula flotante (boya) desperdicia 1.200 litros de agua por día. Si evitas este derroche, tu ahorro sería equivalente al agua que necesitan dos personas para cubrir sus necesidades básicas de agua por seis días.
Cerrar la canilla mientras nos lavamos los dientes y/o nos afeitamos.
Al ducharse, enjabonarse dentro de lo posible con el grifo cerrado.
Recoger el agua de lluvia con baldes y utilizarla para regar las plantas, lavar el coche, y limpiar pisos y exteriores.
Juntar el agua fría de la ducha. A bañarse, siempre hay que esperar unos minutos hasta que salga el agua a la temperatura deseada. Mientras lo haces, junta el agua en baldes y luego utilízala para regar las plantas o limpiar los pisos.
Cambiar los lavarropas y lavavajillas por similares con alta eficiencia energética.
Es claro que, aunque nuestra intención sea cuidar el agua, en ocasiones es dificultoso reducir el consumo, sobre todo en las épocas en que hace mucho calor. No obstante, estos sencillos consejos te permitirán contribuir a cuidar el Medio Ambiente, favorecer al bienestar general, fomentar el desarrollo sostenible y, además, te permitirán ahorrar agua, energía y dinero.
El mejor aprovechamiento del agua debe realizarse todos los días del año.
Ante este escenario, se vuelve prioritaria y común a todos los seres humanos, la necesidad de generar estrategias para fomentar la conciencia del desarrollo sostenible a través del uso racional, el mejor aprovechamiento y la conservación del agua, de manera tal de garantizar su calidad, evitar su degradación y no poner en riesgo su disponibilidad en el futuro.
No podemos modificar la cantidad de agua que existe en el planeta, pero SI podemos hacer un uso responsable de este recurso vital.
Recordemos: cuidar el agua, es cuidar la vida.