La gente quiere saber la verdad. Si hay una licitación pública quiere conocer quiénes se presentan, cómo se gestiona el llamado, cuáles son los aspectos que se tienen en cuenta para seleccionar determinada propuesta. Es un derecho elemental del ciudadano que con sus aportes les paga a muchos de los que deciden su salario.
Cuando concurro a una instancia pública como son las sesiones del Municipio voy con el único objetivo de informar. También puedo dar mi opinión, la cual firmo y asumo todas las responsabilidades civiles y penales de las cosas que digo y escribo.
La prensa no necesita gobernantes que interpreten hasta donde podemos conocer las cosas y menos que estos se transformen en mediadores de aquello que puede ser público o no.
Son contadas las instancias en donde una sesión es reservada y lo motiva consideraciones muy especiales y graves. Curiosamente en Carmelo cada vez son más frecuentes las reuniones privadas.
La teoría y la práctica
Por suerte tengo audios y documentación que respaldan las cosas que escribo. Vean, casi todas las invitaciones a retirarse de sala a la prensa van en contra del Proyecto de Decreto de Reglamento de Funcionamiento del Municipio de Carmelo que fue presentado por la Concejal Rachell Bastarreix el 4 de agosto de 2015 y aprobado por unanimidad de los presentes. Sí, es cierto, hace mucho tiempo y la gente se olvida y no guarda las cosas. Pero algunos somos antiguos y cuidamos la documentación.
Con esto quiero decir que quienes aprobaron por unanimidad ese proyecto que fue enviado el 7 de agosto de 2015 a la Junta Departamental de Colonia y esta firmado por Alicia Espíndola, Rachell Bastarreix y Eugenio Petit no estarían cumpliendo con la redacción de este documento y pondré ejemplos.
En su artículo 20 el reglamento presentado por Bastarreix en nombre del Frente Amplio y que logró votos en el Partido Nacional dice textual:
«Las sesiones del Gobierno Municipal serán públicas, pudiendo por mayoría de cuatro quintos, declararlas reservadas por razones fundadas en razón del riesgo a la seguridad, salud o dignidad de cualquier persona, al amparo del Art. 9 inc. D de la Ley 18.381. En las sesiones declaradas reservadas, podrán estar presentes exclusivamente los integrantes del Gobierno Departamental.»
Esto que escribieron y lo votaron no lo cumplen. Ayer se pidió a la prensa que saliera de sala, pero en la misma permaneció un funcionario municipal como observador. ¿Qué dice el redactor de la reglamentación frente a lo sucedido ayer en sala?
¿En dónde está escrito que debemos apagar el grabador ante cualquier tema y en forma sistemática?.
¿Cuándo comenzaron realmente las sesiones públicas del Municipio del 2017?
Esta última pregunta viene a relación porque fui en enero y febrero y siempre me respondían que estaban en reuniones presupuestales. Sin embargo un documento firmado por los ediles departamentales María Estela Goncalves, María Isabel Roselli y Emilio DellaSanta, que tengo en mi poder da cuenta de reparaciones en la Plaza Saravia y dice, textual: «que según lo resuelto por el Municipio de Carmelo en sesión celebrada el 8 de febrero de 2017, cumplirá con la solicitud.»
Es cierto, el Municipio aún no cuenta con una reglamentación, pero es curioso que la creada y aprobada por los mismos concejales carmelitanos no la tengan en cuenta, por lo menos como un ejercicio democrático para cuando este vigente.
En algún lugar alguien habla de la participación ciudadana, pero la realidad muestra otra cosa.
En esto hay un límite que es la falta de educación, el menosprecio al trabajo periodístico en forma sistemática cuando se dice constantemente «que la prensa hace un circo», «realizamos escraches», dicen «barbaridades» y te piden en sala: «apagá el grabador por favor.»
En estas circunstancias todo lo que se quiera ocultar, silenciar, no informar, cajonear, esconder, es de interés periodístico.
Dice el Profesor Luciano Àlvarez «para que una sociedad mejore, se adapte a los nuevos desafíos, debe procurar que el mayor número de ciudadanos participe de los problemas e incertidumbres que se plantean a diario.»
Es la única posibilidad que tenemos para poder solidarizarnos con el prójimo, participando en estrategias colectivas. Créanme que todos nos perjudicamos cerrando la comunicación entre cuatro paredes.
El periodista Carlos Quijano señalaba con frecuencia que «gobernar es descontentar», a lo que el profesor Francisco Panizza trazaba un paralelo con esa sentencia diciendo «informar, también es descontentar.»
Para esto un periodista debe tener claro que su lealtad es con la ciudadanía. La verdad a veces es dolorosa.
Nuestro compromiso es defender el sistema republicano, la democracia, la libre expresión del pensamiento, la tolerancia y sus instituciones.
Todo lo demás es ruido.
Elio García