Los servicios básicos municipales están en crisis desde hace años. Las soluciones no vienen básicamente porque se percibe que los gobiernos locales no han logrado basar sus acciones a través de una planificación y un ordenamiento de prioridades.
Los problemas saltan a la vista no tanto a través de opiniones o comentarios. Un vecino de la calle Las Tunas nos muestra en sus cartas al Municipio el problema ante las respuestas y la operativa en dar solución a cuestiones cotidianas de la vida de todos los días.
El problema parece abarcar lo metodológico y no tanto lo político. Se necesita saber hacer, actuar en territorio con criterios científicos, abordar los problemas antes que surjan. Ese parece ser el nudo del problema a lo largo y ancho de todos los barrios de Carmelo.
La ruta de los pedidos
El 5 de enero de 2014 este vecino pide lo tengan en cuenta en el circuito de recolección de residuos de la ciudad. Mencionaba a la calle Las Tunas.
En aquella oportunidad el vecino incluso proponía ideas para contar algo básico como tener recolección de residuos en su barrio: “Un sencillo formulario o simplemente una solicitud registrada telefónicamente debería resolver este tema, y fue lo que este ciudadano trató de realizar en primer lugar, llamé no menos de 5 veces a el municipio sin tener una respuesta clara de cómo proceder. Hasta que di con una persona que me dijo que hablara con el capataz de la cuadrilla, lo llamé y me respondió que no, que tenía que llamar al municipio. Otra vez al municipio entonces hasta que me dijeron que le escribiera una carta a usted,” escribió remitiéndola a el alcalde de la ciudad como le fue solicitado.
Luego en ese verano del 2014 hubo una segunda carta, allí el mismo vecino le decía al Municipio de Carmelo “En primer lugar quiero expresar mi sorpresa ante el sólo hecho de los trámites que tuvimos que realizar para solamente entregar la primera. Quisimos nada más dejar la carta que a usted habíamos dirigido pero nada es tan sencillo; recuerdo que en la primer misiva manifesté que me parecía algo increíble tener que escribir una carta para algo tan simple; tuvimos que abrir un expediente y pagar como corresponde una tasa de trámite (increíble), mi capacidad de asombro se ha visto desbordada por tanta burocracia poco efectiva. 5 meses para tener una respuesta (sólo la respuesta) de la junta local sobre un simple pedido de recolección de residuos, y seguimos contando.”
Un largo camino a casa
Ahora estamos en 2017 y las cartas siguen. En enero comienza el impuesto al alumbrado público. Nuevamente el vecino debe presentarse al Municipio para explicar nuevos problemas:
La solicitud es que coloquen alumbrado público en calle Las Tunas al oeste de Avenida Italia/Ruta 97 “se ha impuesto un cargo por alumbrado público en nuestras facturas que entendemos actualmente no corresponde porque no se cuenta en absoluto con alumbrado público. Existen largos tramos de las calles indicadas que no cuentan con iluminación. Además de esto al ser una ruta tan ancha la iluminación de un solo lado es insuficiente para lograr un correcto alumbrado a juicio de quienes firman.”
La última lucha
La última carta presentada por este vecino trata sobre el valor de contribución inmobiliaria que pagan.
“Hemos averiguado los tributos de nuestros vecinos, y propiedades que cuentan con metrajes similares de construcción pagan un valor de $ 7.000 anuales (con 10 años de construidas), cabe destacar que cuentan con la mitad de terreno. Construcciones finalizadas con posterioridad a la nuestra, con terrenos de la mitad de tamaño, con valores catastrales de $ 506.197 abonan una sexta parte (si 1/6 parte) de lo que se me impone como tributo a nosotros.” Averiguaciones posteriores de este vecino dieron como resultado que propiedades muy similares de la zona abonan menos de 1/3 de lo que se le impone como tributo.
Nos hemos tomado el trabajo de averiguar el valor de contribución inmobiliaria de una casa en Carrasco, Montevideo; que cuenta con 320 metros cuadrados construidos, 1400 metros de terreno, y está en plena ciudad con lo que implica en cuanto a servicios de iluminación, calles, limpieza. Esta propiedad abona exactamente $ 30.000 anuales, igual valor que el que se impone a nuestra propiedad con menos metros construidos y servicios incomparables ” explican en la carta.
“ Los servicios que se aplican en la zona son muy escasos, por lo que si se agrega al elevado valor, el hecho de que en 5 años nunca se ha realizado ninguna reparación en la calle, se resalta el hecho del valor y su vinculación con el servicio que se recibe. ¿Debería ser yo el que marque que el estado de una calle es desastroso? ¿O debería ser la intendencia la que releva el estado, 5 años no es demasiado tiempo para no hacer nada en una calle?,” pregunta.
“Para lograr que el servicio de recolección de residuos pase a levantar la basura tuvimos que enviar 5 cartas al municipio en su oportunidad, durante el año 2013 y 2014. Esto está registrado en un expediente, lo cual es también muy frustrante para un ciudadano que reclama un servicio público sencillo,” advierte.
“En definitiva, si además del valor que no consideramos nada justo ponemos sobre la mesa lo que se recibe por este pago en servicios, el valor queda todavía más en evidencia de su falta de correspondencia,” finaliza.