Es tiempo de soluciones, solo falta voluntad del gobierno

Crisis láctea.

 

En el último Consejo de Ministros realizado en Cardal el gobierno nacional anunció que rebajará el costo de la energía eléctrica 15 % para los tambos, y que esa medida se aplicará en los meses de junio, julio y agosto. El anuncio del presidente Dr. Tabaré Vázquez fue planteado como una ayuda para palear una situación grave que ya no es noticia y que nos preocupa mucho, especialmente a Colonia que es esencialmente lechero.

Si analizamos la realidad y pasamos a números la bonificación anunciada nos encontramos con que tenemos que en un tambo de 150 vacas trabajando doble horario un productor pagó en energía eléctrica $ 24.600 en febrero, $ 21.900 en marzo y $ 21.000 en abril (datos aportados por el productor y directivo de la Asociación Nacional de Productores de Leche, Cono Ruíz). Con el ajuste anunciado el productor tendrá un impacto mensual promedio cercano a $ 3.150. Conaprole tiene un costo energético de 600.000 dólares mensuales, la bonificación sería un ajuste de 90.000 dólares por mes. Esto es insuficiente y equivale a tapar agujeros y dejar que sigan abriéndose otros.

El sector lechero ocupa hoy 800.000 hectáreas, un área superior a la ocupada por los bosques, y emplea 20.000 personas en la etapa primaria e industrial.

Su endeudamiento, solo a nivel de producción, es de alrededor de U$S 450 millones; con el Banco República se mantiene una deuda de U$S 250 millones; alrededor de U$S 70 millones con los proveedores y unos U$S 130 millones con la banca privada.

En 2014 la deuda de los productores representaba menos del 25 % de lo que producía en un año, en 2016 esa deuda trepó al 70 %.Se generó una pérdida acumulada de U$S 100 millones. Esto no es verso, alcanza con recorrer los establecimientos y hablar con los productores, como lo hemos hecho en la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca de Diputados.

Tampoco se trata de repetir ahora estos números porque es el tema del día, sino que esta situación la vengo denunciando desde el año 2015 y sigo sin ver las medidas reales y efectivas para ayudar especialmente al productor chico y mediano que hoy apenas saca para vivir, y en algunos casos ni siquiera eso en medio de un proceso de agravamiento claro y visible.

Otro dato de ese agravamiento es que en 2016 los tamberos enviaron 112 mil vacas a los frigoríficos, pues es la forma que tienen de hacerse de efectivo rápido. Pero esa acción necesaria para la economía implica la pérdida de años de mejora genética y trabajo arduo para lograr una mejor calidad productiva.

En Uruguay tenemos entre un 15 % y un 20 % menos de vacas produciendo, el volumen de leche cayó en igual porcentaje comparado con 2014. Y nos jactamos de ser un país agrícola ganadero. A esto se suma la industria lechera que intenta exportar al máximo su producción en un mercado totalmente volátil. La baja producción de leche asociada a la alta concentración de mercados no es buena combinación. Y si a todo esto sumamos caminos vecinales y rutas en un mal estado, seguimos oscureciendo el panorama.

No quiero seguir dando números que todos pueden encontrar en las publicaciones especializadas o dialogando con los actores del sector, tampoco quiero hacer demagogia con la desesperación de la gente, pero hoy vuelvo a pedir que se busquen salidas a la deuda de los productores y la industria, salidas reales.

Desde la Asociación Nacional de Productores Lecheros se pide crear un fondo cercano a los U$S 100 millones a pagar con devolución de impuestos, esto debe estudiarse rápidamente y tenerse en cuenta o proponer una alternativa. Hay que salir a buscar nuevos mercados, abrir la cancha, porque no nos puede pasar lo que ocurrió con Venezuela, nuestro principal importador de quesos, o México que da señales de dificultad.

Y vuelvo a insistir con las rutas y los caminos vecinales, tampoco se les da buena infraestructura a los productores y a la industria.

No se puede pensar a mediano y largo plazo, el tiempo se acabó, es ahora que hay que solucionar estos problemas y sabemos que se puede, sólo hace falta voluntad y eficacia en la gestión de aquellos que tienen a su cargo la toma de decisiones.

Edmundo Roselli.

Salir de la versión móvil