Las redes sociales pueden ayudar a acercar a la gente y a compartir información. Sin embargo, la cantidad de actualizaciones, invitaciones y oportunidades para ganar la aprobación explícita y respuestas de amigos y familia puede crear un problema.
Las tecnologías han cambiado en una enorme parte la manera en la que vivimos y el cómo nos comportamos, el simple uso de un smartphone a diario puede terminar por causarnos nomofobia, uno de esos nuevos y para muchos poco creíbles síndromes que aunque no se clasifican aún como enfermedades reales por la medicina, no puede negarse que son de verdad y que nos afectan.
Así como tenemos la nomofobia (miedo irracional a salir de casa sin el celular), hay otros fenómenos que parecen un tanto extraños como el síndrome de la vibración fantasma, ese que hace que sientas que te vibra el celular en el bolsillo cuando en realidad no pasó nada. Simplemente parte de esas formas prácticas que tiene el cerebro de evolucionar y de percibir estímulos de forma anticipada, aunque claro, de saber cuando va a sonar el móvil no dependen nuestra supervivencia.
Fear of missing out
Miedo a perderte las cosas. Es un concepto relativamente nuevo, del que muchos ya tienen idea y que otros están más que claros en que se ha convertido en parte integral y alarmante de sus vidas. Las redes sociales, en especial Twitter, son unos de los desencadenantes más grandes de este fenómeno.
Sufrir de FoMO es vivir con la ansiedad eterna y perpetua de que están pasando demasiadas cosas y que no podemos prestarle atención a todas. De sentir que los demás se están divirtiendo a lo grande cuando vemos sus fotos en Facebook o Instagram, mientras nosotros estamos bajo una montaña de mucho «hacer nada».
El FOMO es quererle prestar atención a todo y terminar no prestando atención a nada.
El FoMO es esa sensación de que hay demasiados libros que leer que los demás ya están leyendo, demasiadas series que ver en Netflix de las que los demás ya están hablando. Que hay demasiadas noticias de las que enterarse que aparecen en todos los medios. Que hay 1567 tuits pendientes por leer y no logras obtener conexión en la calle para leerlos.
Es ese deseo constante y la necesidad de estar conectados con todo lo que hacen los demás todo el tiempo, y terminamos perdiéndonos de lo que estamos haciendo nosotros mismos. Es ese absurdo impulso de enviar un tuit mientras vemos un show en vivo, mientras nos perdemos de lo que pasa frente a nuestros ojos por creer que podemos hacerlo todo al mismo tiempo.
¿Cómo saber que tanto me afecta el FOMO?
Podés empezar por prestar atención a lo que estás haciendo y medir que tan grande es tu urgencia por hacer otras cosas o averiguar que están haciendo los demás. ¿Qué tanto afecta tus actividades diarias, tu trabajo, o tus relaciones personales, el querer estar conectado a todo y todos, todo el día?
Para hacértelo más fácil, podés rellenar este quiz para obtener una evaluación. Las preguntas que tiene el cuestionario son reveladoras y tal vez te hagan reflexionar un rato sobre el nivel de tu FoMO. Es probable que termines con algo de culpa y sientas la necesidad de desconectarte al menos unas horas al día para entender el poder que tiene hacerlo, y de como el FoMO realmente está haciendo que te pierdas más cosas de las que creés estarte perdiendo. (Hipertextual)