El martes 27 de mayo de 2014 cinco personas perdían la vida y otras cuatro sufrían heridas de distinta consideración al caer al Río de la Plata una avioneta que había despegado del aeropuerto de San Fernando con destino a nuestra ciudad. La avioneta se precipitó al agua unos 10 kilómetros al sudoeste de Carmelo, en una zona de escasa profundidad y difícil .
Tres de las víctimas fatales quedaron atrapadas dentro del fuselaje del avión, mientras que los cuerpos de los dos restantes pudieron ser sacados por los primeros rescatistas. El motivo del viaje estaba destinado a buscar una locación para el lanzamiento de un nuevo automóvil de Renault.
Entre los fallecidos se encontraban dos directivos de la automotriz: Gustavo Fosco, Director de Asuntos Públicos, Comunicación y RSE y Fernando Sánchez, Jefe de prensa de la empresa. El resto de la lista de muertos se completaba con Fernando Lonigro, gerente de TTS Viajes, Facundo Alecha, quien en un primer momento fue confundido con el Jefe de RRHH de Quilmes y el piloto Leandro Larriera. Los cinco cadáveres debieron permanecer en el lugar del accidente hasta tanto la Justicia autorizó a retirarlos.
La lista de heridos incluyó a Sebastián Vivona, gerente comercial de Kosiuko, Paula Buery, planificadora de eventos de TTS Viajes, Santiago Villamil, gerente de Crédito Auto de BNP-Paribas e Ignacio Llosa. Los dos primeros fueron atendidos en en un sanatorio de Colonia, mientras que los otros dos lesionados estuvieron internados en el hospital de San Fernando y luego fueron trasladados a otros nosocomios.ç
La avioneta, una Bravo Eco 20 Beechcraft, matrícula LV CNT, pertenecía al empresario Federico Bonomi, dueño de la marca de ropa Kosiuko, quien se encontraba en el exterior al momento del siniestro.
«Es un avión nuevo, de alta confianza. Suelen ser más lentos pero son súper seguros y el piloto es súper calificado, es excepcional», señaló Bonomi en declaraciones a la prensa. El empresario destacó las cualidades del piloto y mencionó que para él «era como un hermano».
«No me entra en la cabeza lo que pasó. No tengo explicación, no lo puedo procesar», dijo. Bonomi explicó que tiene ese avión «desde el 2011» y reiteró que era una nave «de alta seguridad» en la que acostumbraba viajar junto a su familia.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, se trasladó al lugar del accidente y confirmó oficialmente la cantidad de víctimas fatales. El funcionario señaló que las condiciones climáticas no eran las mejores en la zona del Río de la Plata cuando se produjo el accidente por la presencia de densos bancos de niebla.
Al parecer, la aeronave sufrió un desperfecto mecánico pocos kilómetros antes de llegar a la costa uruguaya y el piloto intentó un aterrizaje de emergencia en la zona de «Los bajos», donde los bancos de arena están casi sobre la superficie.
La Fuerza Aérea uruguaya concluyó que el avión argentino que cayó en el Río de la Plata, en el que murieron cinco personas, se accidentó por fallas del piloto, que conducía luego de haber consumido alcohol y cocaína.
El informe, que aclara que no tiene como propósito «determinar la culpa o la responsabilidad», y que se realizó «sin recurrir necesariamente a procedimientos de prueba y sin otro objeto fundamental que la prevención de futuros accidentes»,determina que «los factores humanos y operacionales tuvieron una incidencia directa en el desarrollo del accidente, donde la complacencia y el exceso de confianza jugaron un rol importante, motivados a su vez por la ingesta de sustancias prohibidas antes del vuelo por parte del piloto al mando».