Un nuevo siniestro de tránsito tuvo lugar esta tarde en la ciudad de Carmelo. El mismo fue protagonizado por el conductor de un automóvil y la conductora de una moto.
Por causas que se tratan de establecer, ambos vehículos entraron en colisión en la intersección de las calles Avenida Artigas y 19 de Abril minutos después de la hora 16.
Según la información aportada por testigos del hecho, la moto era conducida por una joven que habría sido trasladada minutos después del accidente al Hospital Artigas, para ser atendida allí.
El conductor del auto se encontraba en el lugar del hecho ileso, brindando detalles de lo ocurrido a personal de Seccional Tercera, quien se hizo presente y dirigió el tránsito por algunos minutos, en una de las zonas más transitadas de la ciudad.
Como suele suceder en estos casos, quien conducía la moto se llevó la peor parte. El auto no habría respetado una señal de «pare» de acuerdo a las primeras hipótesis.
Apriete policial
Siempre, absolutamente siempre que nuestro equipo periodístico cubre una noticia policial, somos extremadamente respetuosos con las autoridades y con nuestra forma de proceder.
Cada vez que ocurre un siniestro de tránsito mantenemos la debida distancia para no entorpecer la tarea policial, pidiendo permiso a los uniformados para acercarnos o a los inspectores de tránsito, en caso de que se encuentren colaborando en el lugar, para no circular por espacios que luego deban ser examinados por Policía Técnica, como suele ocurrir en muchos casos.
Esta tarde cuando llegamos al lugar del siniestro de tránsito, comenzamos con nuestra tarea desde la vereda de enfrente, ya que no era necesario acercarnos demasiado para hacer una toma fotográfica.
Mientras cubríamos la noticia se nos acercó una policía femenina y le manifestó a nuestro cronista; “vos hacé tu trabajo que nosotros hacemos el nuestro”.
Sorprendido por el comentario, el cronista preguntó a qué hacía referencia y la funcionaria policial dijo; “todos no tenemos los gorros puestos y vos estás sacando fotos, después nos sancionan a nosotros” añadió molesta con nuestro trabajo.
Como lo expresamos líneas más arriba, nuestro medio tiene gran respeto por las autoridades con las que trabajamos casi a diario, y la mayoría de ellos también lo tienen para con nosotros, siendo este un caso aislado.
El problema es cuando se confunde la tarea policial con el autoritarismo y la prepotencia. Tratamos de hacer nuestro trabajo de la mejor manera y entendemos que hay formas y formas de pedir las cosas.
Entendemos que la funcionaria no quisiera ser fotografiada por no estar uniformada como corresponde, pero no era necesaria una actitud de apriete para pedirnos un favor. Lo lógico habría sido que su gorra hubiera estado en el lugar correspondiente: su cabeza.
De hecho no habíamos prestado atención al detalle que nos resaltó la policía mencionada, pero bastaba tener un diálogo amable para entender de que se había olvidado de parte de su uniforme.