Con la presencia del Presidente de la República, Tabaré Vázquez, este martes 18 se conmemoró el 187.° aniversario de la Jura de la Constitución. El acto se llevó a cabo en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo y el discurso central estuvo a cargo del ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa.
Resaltó que este acto reúne a ciudadanos y gobernantes en una conmemoración destacada del calendario cívico que denota el apego a la Constitución, al imperio de la ley, y a las garantías del contrato. Esta celebración que se realiza año a año pretende reunir al pueblo bajo el Pabellón Nacional más allá de credos e ideologías políticas. Reconoció que no por asistir a actos patrios con prestancia y solemnidad, a la hora de la verdad se entregan los mejores esfuerzos para defender y engrandecer la patria. “Pero los símbolos sin embargo siempre importan, porque sintetizan y condensan la pertenencia a una comunidad, a una historia común, a un presente compartido a un futuro que se sueña y que se construye entre todos”, dijo.
Aseguró asimismo que cada comunidad dibuja en el devenir de la historia sus señas de identidad, las tradiciones y rasgos que la conforman, sus características, hábitos y costumbres que constituyen su cultura y la distinguen de otras. En Uruguay la democracia, la ley, las garantías, libertades y el apego por el Estado de derecho forman parte sustancial de esa identidad. “Para un país como el nuestro un nuevo aniversario de la Jura de la Constitución es siempre un motivo de una celebración nacional y una ocasión propicia para el ejercicio de la memoria y para la reflexión sobre el futuro”.
Todas las etapas de la historia tienen sus características y es posible hallar en todas ellas continuidades y rupturas, vencedores y derrotados; esto se verifica, entre otras cosas, al ver que la palabra “federal” o “federalismo” tan claras en el pensamiento artiguista no aparecen ni mencionadas en la Constitución de 1830. “Mucha agua ha corrido debajo de los puentes desde la ´Patria vieja´a 1830 y muchos son los intereses y poderes fácticos que mueven sus piezas sobre el tablero en tiempos de fuertes turbulencias. Pero así se construyen las naciones, en forma gradual y contradictoria, en base a avances y retrocesos, con miradas y enfoques plurales cuando no antagónicos”, reflexionó.
Nin Novoa recordó que hace hoy 187 años Uruguay consagraba a través de su primera carta magna un estado republicano, representativo y centralista. Aquel 18 de julio de 1830 la ciudadanía al jurar la Constitución iba construyendo una larga gesta que se había incubado en forma gradual, echando hondas raíces. “No era nada inventado ni artificioso y menos un ardid diplomático como algunos han querido presentar desvalorizando la rebeldía pertinaz de los orientales”, afirmó.
La constitución de 1830 fue la de más larga vigencia de la historia de la República y durante más de siete décadas, durante el siglo XIX, coincidió con una etapa de guerras civiles, contiendas fraticidas, levantamientos insurrecciones y violencia. Esto llevó a que fuera observada y criticada por célebres personalidades de la época. Nacieron los bandos, facciones y partidos políticos a la vida pública contra la teoría y atribuyeron a ese divorcio entre las normas y la fisonomía del pueblo las dificultades de todas las suertes que se plantearon en las décadas siguientes para estabilizar la república y el país.
Hablar de una constitución es hablar siempre de derechos y deberes “los dos platos de una balanza que deben estar equilibrados para que el resultado sea armónico y beneficioso para todos”.
Se ha hecho en el país un gran esfuerzo para avanzar en derechos y las conquistas son históricas, aunque siempre puedan quedar trechos sin recorrer, admitió el canciller, porque la “emancipación es una tarea interminable”. Derechos sin deberes y sin responsabilidades no podrá ser nunca la ideología que conforme un proyecto nacional sustentable y con desarrollo para todos.
Actualmente el país enfrenta retos y dificultades, el gobierno es consciente de ello y “pone día a día todo su empeño en mejorar en todas las áreas”, aseguró. Comparativamente con la región el continente y el mundo, estamos mejor que muchos, tenemos una nación en la que se ejerce la autoridad pero se respetan todos los derechos a la protesta. El país crece pese a las evidentes dificultades económicas y políticas de sus gravitantes vecinos, es apreciado en el resto de mundo como un remanso de paz y convivencia democrática; su estilo natural y amigable de vida lo convierte en un destino al escapar de realidades muy duras y verdaderos infiernos.
Para el canciller reconocer y valorar lo que se ha construido es parte de la sabiduría, así como también no es bueno incurrir en la autocomplacencia ni en la queja continúa porque “nada bueno ni grande se edifica con ese talante”. Uruguay tiene una sociedad inclinada a la moderación, acuerdos y grandes entendimientos, que rechaza los choques y antagonismos virulentos. “Todos somos conscientes que hay en nuestra identidad un enorme valor a preservar”, precisó.
El gobierno trabaja arduamente para mejorar la educación porque solo con formación y capacitación de calidad se forjará un Uruguay inteligente y creativo con trabajo para todos y empleos y salarios fortalecidos. Y en el complejo mundo que se avecina de robotización y automatización, que amenaza la mano de obra tal como ha sido conocido por la humanidad hasta el momento, existe un gran desafío por delante.
La seguridad ciudadana es otra preocupación, fenómeno que tiene causas no exclusivamente locales. “La ciudadanía debe tener la certeza que tenemos la empatía necesaria para valorar los sentimientos de la gente en esta materia, comprendemos su legítimo afán de encontrar amparo y protección de las políticas públicas llevadas adelante por el gobierno para la represión y prevención del delito”, puntualizó.
También se trabaja para dar respuesta al desamparo, situación que “nos duele” y que hasta ahora no había tenido respuestas ni abordaje alguno por parte del Estado. Trabajamos todos los días para ello más allá del bullicio y del ruido apabullante, porque lo decisivo, distintivo y más importante de todo es que la gente pueda seguir confiando en que a nosotros de verdad “nos duele el desamparo”. Los uruguayos y uruguayas pueden tener la certeza de que el gobierno está absolutamente comprometido con quienes más necesitan del escudo protector de las políticas públicas.
Finalmente, recordó que la cartera de Relaciones Exteriores está regida por el artículo sexto de la carta magna, que mandata a procurar la integración social y económica de los estados latinoamericanos en lo que refiere a la defensa común de sus productos y materias primas propendiendo a la complementación de sus servicios públicos. “Esto es crucial para expandir la inteligencia, la producción y el trabajo de los uruguayos”, algo crítico y definitorio para un país con las características de Uruguay. Al respecto, recordó que Artigas hace 200 años —el próximo 2 de agosto— firmó en Purificación, el primer tratado comercial de la Banda Oriental.
“Los esfuerzos del gobierno nacional están alineados para la consecución de un Uruguay de paz y trabajo y sabemos que para esto podemos contar con todos. Ese es el mejor homenaje que podemos tributar a los protagonistas del nacimiento de nuestra nación”, aseveró el canciller Nin Novoa.